30 de desembre del 2015

¿el ocaso del coche privado?

Los escándalos en la industria automovilística y la protección del medio ambiente invitan a imaginar una ciudad distinta.

Luís Feduchi
El País, 27 diciembre 2015

Ese ingenio conocido como coche, gran protagonista del crecimiento urbano, de la libre movilidad y del estatus social, parece necesitado de una inspección en toda regla. La crisis del sector unida a la preocupación, cada vez más creciente, por su impacto medioambiental han hecho emerger propuestas inusitadas: coches de uso público compartido, propietarios de vehículos que ofertan a otros pasajeros compartir gastos en sus trayectos habituales, o automovilistas privados que se ofrecen como conductores a bajo precio. Estas nuevas prácticas ya están entre nosotros con nombres como carsharing, Blablacar o Uber, respectivamente.

Modalidades de carsharing en futureofcarsharing.com.

A esto se añade el auge de la bicicleta como medio de transporte urbano. Su irrupción, peor o mejor señalizada, entre el tráfico rodado ha venido acompañada de subvenciones para promover su alquiler para trayectos en la ciudad. Todo esto dibuja un panorama en el que el coche privado podría ser visto no ya como un lujo, sino como un estorbo.

La idea de que se limite el uso del automóvil en las ciudades puede sonar tan increíble como imposible parecía hace dos décadas que el tabaco acabara siendo proscrito de los lugares públicos. Pero la ciudad sin coches ya está aquí. O mejor: siempre estuvo aquí, desde el principio. Hay ciudades que se construyeron en espacios situados en orografías de difícil acceso, tejidos con la densidad de una medina árabe, ciudades montaña, ciudades bastión, ciudades prohibidas, en las que nunca entraron los coches. También se erigieron ciudades aisladas o poblaciones de archipiélago que solo estaban comunicadas por mar; eran ciudades isla y ciudades mar. En esos lugares no existían el ruido, la polución y la peligrosidad inherentes al transporte en coche.

Fotograma de Abre los ojos, de Alejandro Amenábar (1997).

Imaginemos ahora una conurbación visible, real, contemporánea, donde, salvo en casos de necesidad, la población se mueva sin la ayuda de ninguna fuerza motora artificial. Un lugar donde la calle fuera en sí misma un medio de transporte, calles empedradas o canales como en Venecia.

Paradójicamente, el lugar de donde partió el narrador de Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, es hoy, por increíble que parezca, modelo de futuro. Esta idea resulta impensable para los habitantes de una ciudad histórica invadida, mutilada por automóviles. También podría resultar un modelo utópico para los que habitan la ciudad del siglo XX, construida ya por y para el coche, y donde carecer de él puede casi relegarlo a uno a ciudadano de segunda clase.

Pero el ocaso del coche privado y su impacto es un asunto transdisciplinar. Sus beneficios en materia de salud, medio ambiente, energía o justicia social apenas dan lugar a discusión. Para que la ciudad sin coches sea algo real, solo falta resolver el factor económico, es decir, el impacto en el sector, pero no la viabilidad de la idea.

Imagen del Día sin coches en Barcelona, el domingo 18 de octubre de 2015.

Tendemos a ver la ciudad como algo que se construye, cuando también es una sucesión de derrocamientos. Cuanto más exitosa, longeva y vital es una urbe, mayor es el número de transformaciones que ha experimentado. La restricción de aparcar vehícu­los de no residentes en el centro de Madrid, implementada por Manuela Carmena hace escasas semanas, puso de manifiesto que este tema de limitar el uso del coche en la ciudad no es algo visionario, complejo o de ciencia-ficción, sino que es más bien una cuestión de cambio de mentalidad.

El nacimiento de los Estados-nación derribó las murallas y el desarrollo industrial abrió zanjas de saneamiento, ahora llega el derrocamiento del vehículo privado en la ciudad. Se abre el tiempo de reflexión sobre ese nuevo espacio público.

Luis Feduchi es arquitecto y decano de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Camilo José Cela. Colabora con la Humboldt Universität de Berlín.

27 de desembre del 2015

la construcció per sí sola no fa ciutat

Diego Sáez Ujaque, arquitecte
El Periódico de Catalunya, 11 desembre 2015

A priori, caldria celebrar l'anunci de l'ajuntament de Barcelona de construir 2.000 habitatges socials a la Zona Franca, almenys des d'un vessant assistencial i pal·liatiu, com a resposta a la situació d'emergència que viuen moltes famílies.

No obstant, crec que el consistori no hauria de confondre la seva funció amb la que afortunadament fan les entitats socials i benèfiques, com la PAH, sinó que hauria de fer possible que qualsevol persona pogués escollir el lloc on vol viure, amb una oferta distribuïda per tota la ciutat. Així, i des de la perspectiva de les dinàmiques urbanes a mitjà i llarg termini, aquestes propostes de concentració tipològica d'habitatge social en espais perifèrics sovint mal comunicats poden degenerar en situacions de guetificació com les originades amb els polígons dels anys 50 i 60. Un cas paradigmàtic és el de la Mina, que tot just comença a redreçar-se després de molts anys de treballs comunitaris i de propostes i projectes de regeneració social i urbana.

Els treballs de l'Agència d'Ecologia Urbana de Barcelona posen en relleu la importància de la barreja d'usos i diversitat tipològica (complexitat urbana) per a la millora de la resiliència i la capacitat d'adaptació als canvis futurs de la ciutat. I segons els estudis de dinàmica urbana de Jay Forrester, amb totes les reserves necessàries, la construcció d'habitatge social perpetua i accentua la seva demanda i tan sols la creació d'habitatges de nivell mitjà i alt genera dinàmiques positives en el sentit de llocs de treball qualificats, millora de la qualificació professional i creació d'activitat.

A més, considerant la quantitat d'habitatges buits existents, la proposta de construcció d'edificis de nova planta és, també des de la perspectiva ambiental, una solució molt menys sostenible que la de l'aprofitament del parc existent mitjançant el lloguer temporal.

6 de novembre del 2015

'adopta un cadáver inmobiliario'



La falta de datos sobre la medida y la dimensión del conflicto territorial y económico producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria ha llevado a crear, la base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.

Durante la edición 2014 de las jornadas Arquinset, organizado por ArquinFad y comisariadas por Julia Schulz-Dornburg, se constituyó un grupo un grupo de trabajo del que Montera34 forma parte. Este encuentro sirve para organizar una estructura de trabajo deslocalizada.

Se han definido grupos de trabajo: organización, difusión, herramientas, definición y financiación– y se sientan las bases para estructurar la base de datos, qué incluir en ella y cómo visualizar esos datos.
Las herramientas principales de trabajo son una lista de correo como medio de comunicación interno, una cuenta de twitter y una página de Facebook como medios de difusión y comunicación externa.



Tras el encuentro se decide poner en común las bases de datos de algunos de los colectivos implicados: 6000 km (Basurama), Especulación (Ecologistas en Acción), Medit Urban, Nación Rotonda, Neoruinas (Tenerife) y Ruinas modernas.

Este proceso colectivo ha permitido recopilar y aunar información sobre los diferentes casos. Se ha debatido sobre la cantidad y el tipo información necesarios, y sobre cómo convertirlo en un proceso participativo.

Ahora toca pensar cómo podemos hacer que esta información tenga su traducción visual y pueda ser accesible y manejable por diferentes actores.


El hackathon “adopta un cadáver” pretende juntar programadores, arquitectos, urbanistas, geógrafos, periodistas, activistas y toda persona interesada con el fin de intercambiar visiones y generar herramientas y visualizaciones que sirvan para entender la información recopilada y colabore a reflexionar sobre los despojos de la burbuja inmobiliaria.

La sesión se ha desarrollado en formato Hackathon. Un Hackathon, que viene de Hack y Marathon, es un evento en el que durante poco tiempo se juntan varias personas con diferentes experiencias y conocimientos para desarrollar intensa y conjuntamente un proyecto.



Presentación de la web y base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.
Montera34 (Pablo Rey Mazón y Alfonso Sánchez Uzábal), participantes en Cadáveres Inmobiliarios, grupo de herramientas.

Breve resumen del proceso:
1. Explicación de los objetivos y metodología de trabajo.
2. Breve presentación de los invitados y sus aportes-necesidades como posibles usuarios de la base de datos. Los participantes podrán haber compartido previamente algunas ideas.
3. Lluvia de ideas. Evaluación de lluvia de ideas. Se discutirán sistemas del uso de datos y posibles visualizaciones.
4. Creación de equipos en base a proyectos seleccionados.
5. Puesta en común.
6. Trabajo por equipos.
7. Sesión resumen de puesta en común y perspectivas de futuro.


(gràcies Nu)

6 de setembre del 2015

a shipping container skyscraper for Mumbai slums?

GA Design radical shipping container skyscraper to provide temporary housing in a Mumbai Slum.
by Karissa Rosenfield, via ArchDaily, 24 August 2015
all images courtesy of GA Design


Ganti + Asociates (GA) Design has won an international ideas competition with a radical shipping container skyscraper that was envisioned to provide temporary housing in Mumbai's overpopulated Dharavi Slum. Taking in consideration that steel shipping containers can be stacked up to 10 stories high without any additional support, GA's winning scheme calls for a 100-meter-tall highrise comprised of a series of self supported container clusters divided by steel girders placed every 8 stories. 


From the architects__ "India’s commercial capital Mumbai, Dharavi spreads over 500 acres. Besides being a dwelling place, it is also a work center and a center for recycling and small scale industries, where people live and work together, making it a truly green community. Houses consists of ground or ground plus one units attached end on end to form a complex and highly dense linear mass. The streets, often only 4’ wide, run like the arteries through the settlement, providing light and ventilation to each of its units made from recycled tin or plywood planks nailed together".


Keeping in line with its modular and recyclable character, a vertical high-rise made from recycled shipping containers seems to fit the need. Mumbai is a big port with easy availability of shipping containers. Containers can be stacked 10 storeys high without additional supports. The steel skin itself takes the load like a “Monocoque” structure thus cutting cost for additional columns or beams. The design of a 100 M tall high rise structure (approx. 32 storeys) calls for erecting portal frames connected with steel girders placed every 8 storeys. Each 8 storey self-supporting stack rests on these girders and the module repeats vertically.

 

Each apartment is made up of 3 standard size (40’ Long X 8’6” High X 8’ Wide) containers. Plan is staggered to create an aesthetic and for ergonomic purpose. The floor above cantilevers over the floor below to create a covered corridor. The units are arranged symmetrically around a central core that houses the vertical circulations namely the stairs and elevators. Portals serve as ducts for vertical plumbing and electrical needs. The sides of the portal carries solar panels on the west side and micro wind turbines on the east side for hybrid cogeneration of electricity. The corridors are lines with screens made out of recycled terracotta jalis which are made locally in Dharavi at Kumbharwada (Potter’s community). 


With sustainability in mind, each container can be reclaimed from Mumbai's nearby ports. Recycled, locally produced Terracotta bricks would be used to form the screens lining the building's open corridors. Simple bolted connections can allow for quick and easy assembly. Units are staggered horizontally to maximize the surfaces getting natural daylight. And, solar panels are integrated into the building's south and west elevations, as well as micro wind turbines, to generate energy.


From the jury__  "This project presented an overall understanding of the site context, the community, culture and need for improved living standards. The panel liked the clean configuration of a development that could be repeated and adapted to create a district preventing the re-creation of another slum. 
"It is a proposal that rightly addressed the issues of sustainability, circulation, energy use, ventilation and lighting by the cleaver adjustment of the containers to allow light through to the other modules. A straight forward convincing solution in terms of form, configuration, distribution and function."


Architects: GA Design Consultants,
Location: Dharavi
Architects in Charge: Shekar Ganti, Gauri Shitole
3d Visualizer: Nikhil Champanerkar
Intern: Rashmi Rajpal
Project Year: 2015
Photographs: Courtesy of GA Design


3 d’agost del 2015

habitatge a Gràcia, per Vora arquitectura

reforma apartamento en Gràcia, Barcelona 
Vora arquitectura (Pere Buil + Toni Riba) 
2010-2011 
fotografía © Adrià Goula 
texto Catalina Gutiérrez 


"El apartamento consistía en un conjunto de espacios en los que se apreciaban diferentes tiempos sobrepuestos. Usos diversos que habían acumulado elementos y capas sobre sus muros a lo largo de los años, y habían acabado por conformar un ambiente extraño y desdibujado. A pesar de la confusión se podía apreciar la potencia de sus características definitorias originales: una estructura de espacios encadenados separados por una potente sucesión de muros de carga, un pavimento de mosaico hidráulico con distinción de jerarquía de usos, y los techos ritmados conformados por bovedillas cerámicas y vigas de madera.


Nos pareció que un trabajo de reforma debía sacar el máximo partido de lo que se encuentra. Como pasa en la ciudad, que es un conglomerado de tiempos históricos diferentes que se contaminan mutuamente, que se entretejen en un todo complejo y ambiguo. Aunque en este caso la preexistencia no tenía un valor patrimonial ni histórico excepcional, era perfectamente aprovechable y atractiva, y nos llevó a una estrategia de reciclaje y transformación, con límites difusos, a la que insertamos nuevos elementos funcionales concentrados y diferenciados."

28 de juliol del 2015

'disponible': locals desocupats a la ciutat

Urban Commerce, Jornada 2013
Locales comerciales : nuevos usos, alternativas y oportunidades
jueves 26 de septiembre, Vitoria-Gasteiz
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta.


Fotomontaje de la calle Sant Pere Mitjà como posible mercado

En la calle Sant Pere Mitjà, en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, 67 locales de un total de 99 están cerrados al público. El diagnóstico es complejo. Incluye la morfología de la calle, su escasa conectividad urbana, la situación del barrio de Sant Pere, los flujos de personas, pero también los parámetros normativos que regulan la instalación de nuevas actividades o la dificultad de promover iniciativas sobre la base de acciones puntuales.

En un estudio presentado a la Jornada Urban Commerce 2013 en Vitoria, se plantea un proceso de revitalización de Sant Pere Mitjà que resulta de considerar la especialización de la calle como alternativa a la dispersión actual, de favorecer la expansión del espacio público y la permeabilidad de las plantas bajas, de reforzar la identidad de la calle y de proponer un modelo de gestión conjunta del ámbito. Estas medidas configuran, en su conjunto, una estrategia que debería permitir el establecimiento de actividades en las plantas bajas y la simultánea regeneración del espacio público.

1. Especialización como alternativa a la dispersión

El distrito de Ciutat Vella ha recurrido a un Plan de usos para regular la presión ejercida desde varios sectores económicos, en particular, desde la industria turística. Fijando límites para estos usos, se pretende reequilibrar las actividades que dan servicio a los residentes y a los ciudadanos en general. No obstante, casos como el de Sant Pere Mitjà permiten observar que esta fórmula basada en la dispersión de los usos potencialmente nocivos no estimula la implantación otras actividades con un mayor retorno social, a pesar de que la densidad residencial de la calle y de su entorno inmediato haría prever una situación muy diferente. La suma de iniciativas individuales resulta insuficiente para establecer las complicidades necesarias que permitan revertir esta situación.


Planta del ámbito de Sant Pere Mitjà indicando los locales cerrados

Es necesario un cambio de criterio que permita hacer la pregunta adecuada: ¿qué actividad puede ocupar los 6.000 m2 de superficie comercial y de trabajo disponibles en plena Ciutat Vella? Una cifra que podría doblarse con la superficie de locales desocupados en las travesías de Sant Pere Mitjà. Sólo con el techo de actividad considerado, es posible establecer comparaciones reveladoras del potencial de esta calle: las galerías comerciales Bulevard Rosa ocupan una superficie de unos 5.000 m2 en el interior de una manzana del Eixample; el mercado de la Boquería cuenta con 6.876 m2, mientras que una planta del centro comercial El Corte Inglés de plaza Catalunya tiene un techo de 6.275 m2.

Sin dejar de ser una calle, Sant Pere Mitjà podría asumir el papel de espacio de conexión entre los 67 locales desocupados, y entre éstos y la ciudad. Permitiría asimilar el conjunto de la calle y sus travesías a un bazar, una galería o un mercado, conectado con la ciudad por las once ‘puertas’ de su perímetro. Cómo en los ejemplos citados, la especialización es clave para dar verosimilitud a la hipótesis de un espacio comercial y de trabajo considerado conjuntamente. En el caso de Sant Pere Mitjà y sus travesías, la vía hacia la especialización de la oferta podría compensar el aislamiento de la calle con el conocimiento de la actividad que se desarrolla.

No se trata de sustituir los locales que ya están en funcionamiento, sino de incorporar un porcentaje significativo de nuevos usos interrelacionados, suficiente para hacer identificable la calle dentro de la oferta de la ciudad y capaz, a su vez, de servir como catalizador de intervenciones posteriores atraídas por los cambios experimentados. Parte del atractivo de desplazarse hasta aquí sería justamente la agrupación de estos locales, como sucede en varios ejemplos actuales de concentración especializada dentro y fuera de Barcelona.

Sería necesario elaborar una propuesta de actuación capaz de determinar qué tipo de productos o servicios serían los adecuados para este nuevo bazar, teniendo en cuenta las limitaciones físicas y normativas, pero también en función de la estrategia que se quiere seguir para su desarrollo, que cuente con la propia calle como espacio de relación.

Las actividades potenciales deben hacer compatibles la producción de bienes y servicios con aulas taller y espacios de exposición y venta, como podría ser un mercado de segunda mano, de reparaciones y reutilización o de talleres artesanales; es decir, actividades que permitan completar todo su ciclo productivo en un mismo lugar y que den pleno sentido a la especialización.

2. Expansión del espacio público y permeabilidad de las plantas bajas

La anchura de la calle Sant Pere Mitjà –entorno a los 3,3 metros– no debería ser entendida como una limitación, sino como una ocasión para la singularización. Las dimensiones casi domésticas de su trazado permiten establecer una relación de proximidad que, en ausencia de tráfico rodado, convierten la calle en un ‘pasaje’ que conecta los diversos locales, casi cómo sucede en una galería comercial o en un mercado. Desde este punto de vista, la calle puede sacar partido de su anchura, permitiendo una mayor interacción entre los locales, y entre éstos y los peatones. No obstante, hay que considerar adecuadamente este parámetro para evitar una ocupación permanente del espacio público que suponga un conflicto con las 556 viviendas censadas en la calle. Por este motivo, podemos hacer una mirada interesada a las consecuencias que está causando en la ciudad la aplicación de otra normativa.

Desde la modificación de la llamada Ley Antitabaco, Ley 42/2010 de 30 de diciembre, en muchos establecimientos del ámbito de la hostelería es cada vez más habitual la reserva de un espacio de entrada cubierto pero al aire libre, que se ha obtenido desplazando el cierre del local o haciendo habitable el ancho del muro con la incorporación de mobiliario adaptado. Se trata de espacios donde la ley permite el consumo de tabaco y que no requieren permiso de ocupación de la vía pública, como sucede con las terrazas y los veladores, sometidos a tasas municipales. Esta combinación de factores es clave para su éxito. En el caso de Barcelona, donde el clima invernal es benigno, estos espacios umbral son ocupables prácticamente todo el año. Trascendiendo los factores que los han originado, se trata de ámbitos que han ampliado el contacto directo con el peatón, invitándolo a hacer uso; hasta el punto que otros locales, con independencia de la actividad que desarrollan, pueden tomar nota de este hecho.

La calle Sant Pere Mitjà puede beneficiarse de esta práctica, diluyendo la separación entre espacio público y privado de forma que se fomente la interacción entre los dos y aumente la superficie disponible para usos vinculados a la calle. Ampliada por la presencia de estos espacios umbral, la calle pasa a ser una unidad indisoluble con las plantas bajas en beneficio mutuo. Penetra sin dificultad en el ámbito privado borrando la distancia impuesta con las actividades de los locales y, a su vez, éstas pueden ganar presencia en el exterior, contagiando su vitalidad al espacio público.


Esquema de la calle Sant Pere Mitjà antes y después de la intervención

Podemos ver aquí una analogía con los puestos de un mercado abiertos a la calle o algunas tiendas de los bazares norteafricanos, a menudo conectadas a un taller, un almacén o la propia vivienda, en función de la especialidad. Operaciones de esta naturaleza se extienden con gran facilidad y suponen una ocupación temporal del espacio público que no sería contradictoria con las disposiciones normativas que excluyen las actividades permanentes en calles de anchura inferior a los 7 metros y, en cambio, pueden contribuir eficazmente a su transformación.

Conviene insistir en el papel estructurador que asume la calle cuando se la considera como galería. Además de propiciar un uso temporal más intenso y diverso, esta condición permite ampliar las posibilidades de los propios locales, considerándolos, en todo o en parte, como prolongación del espacio de uso público y al revés.

Esto permite integrar los espacios umbral generados en un mismo sistema y pensar en algunos locales como puestos abiertos, pero también prever alternativas a la conexión directa entre locales, que no impliquen la transformación de las edificaciones, como los establecimientos discontinuos; es decir, una misma actividad que ocupa varios locales, de forma que la calle actúa como nexo común de relación.

3. Potenciar la identidad de Sant Pere Mitjà

A partir de la actuación de revitalización que se propone, entendemos el conjunto de locales de Sant Pere Mitjà y sus travesías como una entidad única articulada entorno a la calle, de manera que ésta debe ser inidentificable y fácilmente distinguible en su contexto urbano. En parte, la especialización de los locales ya la hace identificable. A ello se suma el resultado de las transformaciones previstas en los umbrales de las plantas bajas que, observados de manera global, modifican el uso y el carácter del espacio urbano.

No obstante, la naturaleza de la propuesta para Sant Pere Mitjà y sus travesías reclama que la calle asuma ciertas transformaciones que incrementen la visibilidad de la nueva actividad y ayuden a entender la unidad del conjunto. Se podría pensar en intervenciones de naturaleza muy diversa, pero en este contexto la acción se concentra en dos medidas de gran repercusión y coste reducido: la iluminación artificial y las puertas del recinto.

Iluminación singular. No se trata de aumentar el nivel general de iluminación o su uniformidad
–que los propios locales ya modificarán– sino de destacar los cruces de la calle por ser enclaves visibles desde el perímetro exterior. Seis luminarias singulares son suficientes para suscitar este cambio, aunque se podrían valorar otras posibilidades más cercanas al terreno fértil de la instalación artística o la participación ciudadana.


Esquema del entorno de Sant Pere Mitjà como recinto

Puertas a la calle. Se ha insistido en la necesidad de entender Sant Pere Mitjà y sus travesías como elementos vertebradores de una galería o un mercado que integre los locales de las plantas bajas, si bien la presencia externa de este ámbito se reduce a las once ‘puertas’ que le dan acceso desde el perímetro. Se propone actuar también en la modificación de estas bocacalles, remarcando su condición de accesos a un recinto. Sería suficiente incorporar un elemento que sugiera un portal de entrada, anunciando su nombre y, sin mayor intervención, las dimensiones de las calles se alteran por asimilación a los pasajes de una galería comercial. La relación directa de las plantas bajas con el espacio exterior a través de los espacios umbral no hace más que confirmar la intuición de haber entrado en el bazar de Sant Pere Mitjà.

4. Modelo de gestión

Pensar en la calle –propiamente, el espacio público y las plantas bajas– como una entidad única permitiría abordar el problema de la desocupación de manera diferente a la suma de las iniciativas de cada finca aisladamente. La escala de la actuación afecta positivamente a los resultados, desde la normativa, las transformaciones físicas o la gestión.

Sant Pere Mitjà y sus travesías podrían ser entendidas como un establecimiento colectivo. Esto permitiría plantear una fórmula solvente de gestión conjunta capaz de tratar el problema en toda su complejidad. En este sentido, la iniciativa pública puede ser considerada, de forma que evalúe las actividades, ofrezca garantías a los propietarios y aliciente a los inquilinos. Además, también es posible explorar otras vías de acción en la gestión de locales a través de iniciativas de comercio responsable que ofrecen espacios compartidos de exposición, de venta de productos y de trabajo para los diseñadores y artesanos. Son modelos que tienen una presencia creciente en Barcelona, aunque a escala más reducida y que no requieren de la intervención directa de la administración.


Noticia aparecida en La Vanguardia, 17 de junio de 2013

Por otro lado, existen plataformas públicas y privadas, dedicadas a la reparación y reutilización de objetos, que organizan espacios físicos para talleres convencionales pero que, sobre todo, estimulan el aprendizaje y la cultura del aprovechamiento por parte del usuario, como el programa que desarrolla el Área Metropolitana de Barcelona.

Si sumamos a estos ejemplos otros campos de acción vinculados a modelos de gestión innovadores, es posible plantear fórmulas válidas para Sant Pere Mitjà que hagan viable su transformación dentro del margen de actuación que permiten las limitaciones del ámbito, por lo cual cabría desarrollar un estudio detallado de actividades a partir de las pautas propuestas, con el objetivo de establecer cuáles son las más adecuadas para incentivar la implantación.


Urban Commerce, Jornada 2013
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta. 

11 de juliol del 2015

architecture in reverse: agglomeration of empty shops

Agglomeration of Empty Shops” is a reuse project by Aristide Antonas, Elina Axioti, Katerina Koutsogianni, Katerina Grigoropoulou. A part of it was performed in the center of Athens by the Onassis Foundation for the needs of its Open Lab installation in January 2014. In the empty rooms of 19 abandoned shops of an Arcade were constructed free Internet spaces where visitors could rest or work; many discussions and meetings took place while in other rooms of the installation were exhibited technical drawings of proposed projects, undertaken in the center of Athens.


The on-going process of urban environment adapting its structures to the economic conditions of the past ten or fifteen years has resulted in an oversized infrastructure of empty spaces, that can be transformed into temporary citizen activity nodes, as we proposed a couple of years ago for the empty locals that are a consequence of bank merger processes. Now, this economic scenario has affected not only banking infrastructures, but traditional shops and neighbourhood local commerce. The conventional option would be to expect that these spaces will be absorbed by the real state market, through purchase or rent transactions; instead of that, we’re talking here about the notion of Urban Protocol coined by Aristide Antonas, which refers to a strategy concerning the condition of many European cities today, especially focused on the case of Athens. The Urban Protocols are meant to introduce legal temporary occupancies of the abandoned city center that will be accepted and controlled by a municipal authority; and its main purpose would be to establish cluster-like micro-legislative constructions with communal functions. The system of rules they represent could be transformed and re-established easily.


The dark reading room at empty shop #28

Is for this context that the project Agglomeration of Empty Shops was designed. Keller Easterling wrote about this issue on her text Subtraction for the Think Space cycle on Money:
“[e]very act of building is already an act of subtraction. Most buildings today are designed as repeatable spatial products with rapid cycles of obsolescence. Financial industries surround the seemingly static and durable building with a volatile balloon of inflating and deflating value, be it a small house, a massive sports stadium or a 4000-room casino. Populations migrate into and away from cities causing both rapid growth and rapid decline. Buildings subtract other building because they replace a previous structure but they can also, just by their often toxic presence, cause surrounding buildings and landscapes to tumble to the ground.”
As a response to these situation, we have the feeling that this project is putting architecture in reverse, paraphrasing Easterling.



What follows is Antonas description of the project:
“Nowadays Athens is full of empty, unused shops. The announced agglomeration would select some of them among a multitude of these different single-space urban cells that are juxtaposed in a row or with some disruptions and discontinuities since we cannot presuppose the possibility of a continuous series of them in such a fragmented ownership disorder and in such a condition as the one of today. The one empty shop does not necessarily follow the other: one may still be used and another is not given to us if the proprietor is not willing to offer it for the project. Nevertheless the agglomeration has to be recorded at first as a unified action.

We use a big, emblematic curtain to emphasise this unity of the change of scale when some between empty shops are not given to the agglomeration. 19 shops together not in a row had to be read as a unified experience. In the same time a certain theatricality was in stake. The curtain brought back the theatre tradition in the city together with a question: what does it hide? What the visitors that pass by can expect as the play script that would be performed behind the curtain? The agglomeration in the same time unifies the multitude of the empty shops but in the same time it keeps their fragmentary character through a different stratagem related to the necessarily multiple program of the ensemble. The same act of congregating and considering at once the empty shops altogether is also keeping their separation alive in another level.



Arcade Elevations.


The arcade during the night, collage from the phase of preparation.

The empty shops did not belong at a singular project in the past, but they were situated in a complex system of athenian arcades. The proprietors or their renters decided by themselves the nature of the business that was proposed to be placed at every spot. The agglomeration of the empty shops would programmatically include the [abandoned now] spaces into a single project. Even if the agglomeration does not offer a continuous experience, the project was undertaken with the ambition that the first impression of a random passage through the arcades would give the immediate impression of a single decision. The occupation of the empty shops would have to perform at a first level with a singular logic.


Indication of interior arcade promenade.

The abandonment of the small shops is due in a high degree to the impossibility of the traditional mediterranean micro-commerce to compete against the big international firms of nowadays. Our first task was then to transform the dispersed fragments of space that these small financial ruins were occupying to a different invisible scheme. Without demolishing not even a single wall, our challenge was to create a common ground for the empty shops. The idiosyncratic abstract unification of the distinct fragments was not proposed as a dramatic change in the everyday experience of the the precedent city order. The athenian urban syntactic was an element to be saved. The empty shops can be adapted to a new urban condition where the empty shops will still play the part of different type of cells. Their abstract unification under a single curatorial project and the reorganization of an alternative fragmented duration was the task of this agglomeration of empty shops.


Invasion of empty shops.


The long table in the arcade serves as a meeting point.

The decisive architectonic part of the project is immaterial. A curatorial strategy concerning the multi functionality of the agglomeration is to be decided with one major rule: not to give up the agglomeration to a single activity but to divide its new structure to a multitude of separate protocols. The balance that is to be operated is conceived as a calculation that takes into account the unifying rationale of the congregated spaces while the separation of the spaces is maintained. A passage to the larger scale is only decided with respect to the fragmentary character of the former small shops.


General view of the arcade


View of the agglomeration of empty shops while some of them function with different protocols.

After reading Antonas description of the project [recovering our own words at this moment], we understand that there are a set of important facts that make the project feasible, as the spontaneous appropriation of these empty spaces by the citizens. The scale of the network of the agglomeration of shops has been designed in order to adapt to the scarce urban tissue of the Athenian center. Scarcity is understood as an opportunity for new protocols that can host differently the stay or a distinct passage through these semi abandoned areas of Athens. As well as the idea of colonizing the spaces by an invasion of tables, stands and sitting surfaces, which are the most common furniture to propose alternative relationship between space and time.

Beyond the fascination [and commodification] of trends such as ‘tactical urbanism’ which are usually based on small and isolated interventions; perhaps it’s possible to think that a new model can emerge from working on a neighbourhood scale based on this kind of transition spaces, and understanding them as the necessary nodes to strength local economy networks, to give a response to the current economic situation. And that this new model can be a good catalyst to start provoking real structural changes aside the traditional capitalist system by generating resilient and relational connections between the citizens.”


Ad hoc reading room at empty shop #31

8 de juliol del 2015

un final per al taller PTEe


Aquesta ha estat la 12a i última edició del taller a l'escola d'arquitectura del Vallès. Els continguts, la ideologia i la metodologia que ha desenvolupat un equip humà de professors i estudiants deixen pas a altres propostes. Han estat 6 anys intensos amb un canvi de nom –i de pla d'estudis– inclòs: hem passat de ser el TAP D a ser el taller PTEe, però durant aquest període de temps, hem potenciat i millorat curs rere curs una forma d'acostar-se a l'arquitectura; un punt de vista concret sobre els objectius, abast i naturalesa de l'arquitectura.

Nosaltres hem après molt pel camí. Els professors que han format aquest equip han estat molts, i no ens agradaria deixar d'anomenar-ne cap. Per ordre alfabètic som Raimon Farré, Pere Fuertes, Carles Jaén, Andrés Martínez, Ignacio Martínez, Antoni Paricio, Josep Pratdesaba, Jaime Prous, Núria Sabaté, Ramon Sastre, Roger Sauquet, Víctor Seguí i Roger Tudó, així com els becaris Anna Assamà i Fran Dinarès. Només esperem que els aproximadament sis-cents estudiants que hi han passat hagin pogut aprendre amb les mateixes ganes.

L'ensenyament a les escoles d'arquitectura i, sobre tot, l'ensenyament en els tallers es pot definir com la interacció de diversos fronts paral·lels i de la mateixa importància: l'aprenentatge dels professors, l'auto-aprenentatge i l'aprenentatge dels altres estudiants que es troben resolent el mateix problema, amb velocitats, plantejaments i capacitats diverses. El taller ha tendit a potenciar tots tres fronts; en especial aquest aprenentatge dels altres i amb els altres que no sorgeix de manera espontània, fomentant la discussió a classe i la crítica constructiva en obert a l'escola i fora de l'escola, gràcies a la plataforma Basecamp. En aquest context, el blog condicions temporals ha volgut tenir un paper de construcció d'un imaginari crític de referents, problemes i processos que avancessin complementàriament al curs i com a alternativa viable a les publicacions tradicionals.

També els casos sobre els que hem treballat han sofert una evolució cap a una delimitació més àmplia del problema que cal resoldre. D'una banda, incidint en la programació i la gestió del temps com a eina bàsica que permet rehabitar les arquitectures existents. D'altra banda, identificant l'escala adequada de la proposta; la dimensió urbana que permet prendre les decisions adequades; que permet identificar i plantejar el problema i abordar les incerteses amb criteris de sinèrgia, eficàcia i economia d'escala.

Ens sembla que el projecte d'arquitectura d'avui –i la formació de l'arquitecte– no poden ignorar que, en pocs anys, hem passat de generar forma a generar processos. I el taller ha apostat decididament per aquesta via, amb les limitacions i esculls imprevistos que hem anat salvant pel camí. Esperem que algú agafi el testimoni i millori una fórmula que continua sent vigent.

Moltes gràcies a tothom que hi ha contribuït!
L'equip del taller


guía para montar un ‘food truck’

¿Hay alternativas a los bares de menú? ¿En qué lugares tendrían sentido? ¿Para qué tipo de oferta gastronómica? Esto es lo que pretende responder este artículo de la sección de economía de El País a través de las posibilidades de los food-trucks, un modelo importado con escasa implantación, entre otras cosas, por la normativa que le impide competir en igualdad de condiciones.


“La moda de las furgonetas de venta de comida en la calle se instala en España. Estudiar la normativa municipal es clave”
Ana Torres Menárguez. El País, Madrid, 7 jul 2015

El Kiosko, uno de los 'food-truck' pioneros en España. / Street Food Madrid. / ATLAS

Se puede ser un apasionado de la cocina, tener buena disposición para ello y unas ganas irrefrenables de vivir de los fogones. Montar un restaurante sería el siguiente paso, pero hacer frente a los gastos no siempre es posible. La versión food truck -nombre en inglés de las furgonetas de venta de comida en la calle- es más asequible. Desde 15.000 euros se puede conseguir una caravana de los años setenta lista para cocinar en su interior y servir platos calientes en diferentes puntos del mapa. El problema es que no existe una normativa nacional para este tipo de negocios y el propietario debe empaparse de todas las normativas municipales para conocer qué licencias necesita antes de planificar su ruta.

“Aquí las modas siempre llegan tarde y mal. Aún nos queda mucho para poder aparcar y vender en cualquier calle como pasa en Nueva York”, opina Roberto de la Cuerda, uno de los pioneros del movimiento food truck en España. Su camioneta, una Citroën HY de estética vintage bautizada como El Kiosko, se instaló por primera vez en un bulevar del madrileño municipio de Las Rozas hace dos años. A los dos meses le empezaron a llamar para mercados gastronómicos y todo tipo de eventos. Desde entonces no ha parado y entre sus logros está el patrocinio de Mahou. Su producto estrella son las hamburguesas de carne de buey con pan de cerveza y semilla de amapola y los perritos calientes con pedigree. El menú sale por unos 8 euros.


La furgoneta Citroën HY es una de los más demandadas. / STREET FOOD MADRID

Antes de lanzarse a la aventura de los food truck es imprescindible una mínima experiencia en hostelería,asesoramiento de expertos sobre licencias y los permisos legales necesarios y sobre todo, señala De la Cuerda, ser consciente de que no basta con el furgón; hay que disponer de un local que sirva como centro de logística del negocio. “En algunos eventos hemos vendido mil hamburguesas en un fin de semana. Los que piensen que esto funciona usando la nevera de casa y el coche propio para transportar la mercancía están muy equivocados”, cuenta este madrileño de 42 años, que es propietario de dos restaurantes. De hecho, para la próxima edición de Madreat, el mayor evento de food trucks de España que se celebra cada tercer fin de semana de mes junto a la Torre Picasso, la Consejería de Sanidad madrileña exige que todos los participantes tengan un centro de producción en Madrid.

Para ayudar a los emprendedores a dar los primeros pasos, el cocinero vasco Aitor Apraiz ha lanzado la plataforma online Food Truck Ya, en la que se puede contactar con proveedores de vehículos, de materiales de cocina o con organizadores de eventos de diferentes regiones. Su intención es servir de ventanilla única y para ello disponen de una pestaña con consejos para principiantes. La fusión de sus recomendaciones con las de otros expertos ha dado como resultado esta guía:

1-Decidir qué se quiere cocinar. ¿Croquetas fluidas? Suena bien, pero igual no controla esa técnica. Es importante definir la oferta gastronómica que se quiere servir, aquella con la que se sienta cómodo. "Hay tantos tipos de food trucks como personalidades culinarias. Solo hay que encontrar un registro", asegura Aitor Apraiz. En función de los productos que se sirvan, se escogerá un tipo de vehículo. “Un modelo clásico de los años 70 puede requerir una grúa para su traslado, ya que la maquinaria no es tan potente como para soportar muchos kilómetros. Ese detalle hay que tenerlo en cuenta. El vehículo debe estar homologado y todas las modificaciones que se le realicen deberán quedar registradas en su ficha técnica”, apunta José Miguel García, presidente de la asociación Street Food Madrid.

2-Estudiar el mercado y comprobar que la idea puede triunfar. Si la idea es vender productos sin gluten, hay que asegurarse de que existe demanda. Para ello hay que hacer un estudio de mercado y no basarse únicamente en lo que otros han hecho. Una buena fórmula es alquilar un food truck un fin de semana y participar en algún mercado o evento gastronómico. La empresa Retrotrucks alquila modelos de las décadas de los 50 y los 70 desde 500 euros al día y 850 el fin de semana completo. Para ello es necesario disponer del carnet de manipulador de alimentos y del permiso municipal pertinente para poder vender en algún recinto. “Las maneras de rentabilizar el vehículo y la marca son infinitas. Los eventos son solo una parte del negocio, están las bodas, los festivales de música, los locales privados y hasta las islas desiertas. Hay que ser creativo”, apunta José Miguel García.


Un 'food-truck' de venta de vinos. /STREET FOOD MADRID

3- Calcular la inversión, los costes y los posibles ingresos. Hay tres tipos de vehículos: las caravanas (el modelo más económico), las camionetas vintagede los 50 y los 70 y las furgonetas más modernas. “La Citroën HY es la más vendida. Se puede encontrar con un largo de 2, 4 metros hasta 3,2 desde 30.000 euros”, cuenta Fátima Humanes, propietaria de Mundo Tracción, empresa de restauración y personalización de este tipo de vehículos. Contactar con un propietario de un food truck y preguntarle sobre los costes e ingresos sería lo idóneo. Si no se consigue, Aitor Apraiz aconseja acudir a algún evento, observar durante todo un día la actividad de uno de los puestos y hacer un cálculo aproximado de cuántas unidades se han vendido.

4-Diseñar una marca, una web y un perfil en redes sociales. Esta es una de las principales diferencias con los tradicionales puestos ambulantes. Hay que crear una marca con un logotipo. “Ahora está muy de moda ser foody (amante de la gastronomía) y a la gente le encanta subir a las redes fotos de platos deliciosos y compartirlas. Hay que saber aprovechar ese tirón”, asegura Aitor Apraiz. “Este sector se basa en la innovación y muchas veces entra por los ojos. Hay que trabajar muy bien la web y conseguir que crezca el número de seguidores en la redes y que siempre sepan dónde vas a estar”, detalla José Miguel García.

5- Informarse de la normativa municipal y alimentaria. “Hay municipios donde la actividad va a estar muy limitada a los eventos o ferias, pero hay otros (cada vez más) donde hay muchas más posibilidades”, cuenta José Miguel García, que además de presidente de la asociación Street Food Madrid es abogado especializado en temas alimentarios en el despacho Montesinos Viejo. En cuanto a la normativa alimentaria, hay cuatro aspectos importantes. Si se comercializan productos preelaborados, se necesitará un establecimiento autorizado. Además, es esencial tener un sistema de identificación de lotes y de proveedores. La estructura de trabajo y los procesos de elaboración y venta deben cumplir con la normativa higiénico sanitaria. Por último, “conocer el producto y poder informar al consumidor sobre alérgenos o procesos de elaboración en los que pueda existir contaminación cruzada es absolutamente esencial”, destaca.

Entre los requisitos legales, el propietario del food truck debe tener el carnet de manipulador de alimentos, estar dado de alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), y estar al corriente de pago en la Seguridad Social, en las tasas municipales y en el seguro de responsabilidad civil.

(Ana Torres Menárguez. El País, Madrid, 7 jul 2015)
(gràcies Joan R)

6 de juliol del 2015

Puck cinema, proyectando dentro de la roulotte

vía Habitar | grupo de investigación


Toni Tomàs y Carles Porta, diseñadores gráficos, ilustradores, artistas en general, decidieron un día reciclar una caravana y convertirla en cine infantil. La compañía, puck cinema, se pasea por los pueblos y festivales proyectando sus películas de dibujos animados en el interior de una pequeña roulotte. Cuando se instala la expectación es máxima: montan sus taburetes, paneles informativos y otros cachivaches alrededor de la caravana que deviene un nuevo artefacto en la plaza del pueblo, un icono lleno de color que atrae a cualquier paseante. Los niños, curiosos, rodean el vehículo y una vez conocido el contenido de la próxima proyección, hacen cola con sus padres para ver conjuntamente la película introduciéndose en la cápsula. Con ello los autores promueven la experiencia del cine de intimidad: sólo 8 personas, sólo 10 minutos de proyección, la pantalla a menos de dos metros, el techo a pocos centímetros… una experiencia cinematográfica pensada para los más pequeños.



Más allá del contenido de las películas, el experimento de puck cinema nos permite reflexionar sobre el término escala –cómo la instalación de un cinema, que ha ocupado de forma clásica grandes edificios en la ciudad, puede reubicarse en el mínimo espacio de la caravana– y mezclarlo con el hecho, más común, de lo que supone una proyección al aire libre. El cine a descubierto siempre es un evento que revoluciona un pueblo, un barrio. De pronto una colectividad se centra en un punto, entra en otra dimensión situada fuera del lugar, y por otro lado, el espacio público, a oscuras, se ilumina al ritmo de la película y al ritmo del ruido de la película. En la experiencia de puck cinema, sin embargo, lo que activa el espacio público no es la proyección (que más bien busca para el espectador el efecto contrario al del cine al aire libre), sino el evento en sí: la expectación, los niños ilusionados, la cola delante la pequeña puerta de la caravana se suma a la introducción en este espacio de un artefacto estrafalario por su color, diseño, forma y, sobretodo, por su uso erróneo: una caravana debe estar en un camping, no protagonizando una plaza, una calle.



La ubicación de un artefacto inesperado en un espacio concreto es algo que siempre nos sorprende. Precisamente por sorprendente, es un recurso propio de las exposiciones y ferias… A la vez es un fenómeno que explica nuestra curiosidad al observar algunos edificios reutilizados –las imágenes de la Seu Vella de Lleida ocupada por los militares– , o con utilidades de emergencia –un pabellón ocupado por los afectados de una catástrofe natural… También, por su vistosidad, el puck cinema provoca algo que se acerca al sun inside de la Tate Modern de Londres, una sorpresa por desubicación. Es como cuando, en distintas protestas, se introduce una vaca en los despachos del departamento de agricultura, o, cogiendo un ejemplo de más culto, se celebra una comida benéfica en el interior de una iglesia. En el caso de puck cinema, además, la sorpresa por desubicación se busca mediante recursos comunes de los campings: la roulottenunca va sola, despliega a su alrededor todo el atrezo vacacional que funde el espacio circundante con lo que ocurre en el interior del artefacto.



La caravana, además, es un hábitat pluriempleado: hoy son comunes loseatstreets, ferias donde confluyen roulottes tuneadas como cocinas que se desplazan y convierten el espacio urbano en la reproducción en planta baja de un casco viejo, a lo Donostia, con sus bares y su gente bebiendo y comiendo en la calle. La caravana tiene una alta capacidad para generar espacios urbanos efímeros. Este hecho ya sorprendió a los Archigram y tantos otros teóricos de lasintant cities, pero sigue sorprendiéndonos cuando pernoctamos a un camping, acudimos a una feria, o observamos un campamento gitano apareciendo y desapareciendo de un descampado. Con puck cinema añadimos a la caravana y al despliegue que conlleva capacidad de atracción y el fenómeno de la mini-monumentalidad… atributos múltiples que poco podrían imaginar aquellos que promovieron este experimento tan simple como es ponerle dos ruedas a una casa.


28 de juny del 2015

exposició 'Pis Pilot', Barcelona Medellín al CCCB

de Xavier Monteys, "Política d’habitatge. Hi ha poca diferència entre les experiències experimentals de Medellín i Barcelona"
El País, Quadern. 12 juny 2015

Foto
Aspecte de l’exposició 'Pis(o) Pilot(o)' al CCCB. / Joan Sánchez

Dijous passat es va inaugurar al CCCB una exposició ajornada des de fa mesos: Pis(o) Pilot(o). Mostra diferents coses agrupades al voltant de l’habitatge, i ho fa reunint les experiències en aquest camp de dues ciutats, Medellín i Barcelona. Està concebuda com una fira, i li acaben de donar aquesta atmosfera les paradetes de grandàries diferents agrupades al llarg de les sales i les persianes enrotllables que hi han col·locat els organitzadors: tot plegat sembla el carrer d’un mercat. Hom se sent com en una obra de teatre en la qual els diferents actes es representen simultàniament cadascun en un escenari diferent, i és l’espectador qui tria l’ordre en què els vol veure. De fet, es tracta d’una d’aquestes exposicions sense un sol recorregut, sense l’obligació d’haver de fer una única lectura, més enllà que, per exigències òbvies, hagi de tenir una entrada i una sortida.

És una exposició atípica d’arquitectura i, alhora, no podria haver-se fet en una altra època que l’actual. La manera de fer-la té un innegable paral·lelisme amb el que està succeint al carrer amb l’habitatge, vull dir que no és fruit tant d’una direcció que ordena i endreça com d’un cert rumb. A l’exposició no hi trobaran una idea, sinó moltes i variades, i també hi trobaran, conseqüentment, maneres molt diferents de fer visibles aquestes idees. Discursos gràfics, vídeos on els entrevistats expliquen les seves opinions sobre l’habitatge, projectes —la major part d’ells parcials, puntuals—, propostes expressades amb protocols, textos, llibres, revistes i també instal·lacions realitzades per diversos artistes a partir de la casa. La precària unitat que confereix les parades fa que es dissolguin propostes i instal·lacions d’artistes en una atmosfera sense limitacions conceptuals.


Dues "parades" de l’exposició. / Joan Sánchez, CCCB

Resulta molt interessant que, encara que els equips amb les seves idees no s’hagin reunit per coordinar-se, el resultat sigui, en canvi, tan ben travat. Les idees i propostes de les petites paradetes se solapen o s’encadenen, però quasi no hi trobaran dissonàncies, fruit probablement del fet que, com a ciutadans, acabem tenint una opinió sobre l’habitatge que reuneix la política, la necessitat, l’economia i també la bellesa en un sol fet. No resulta fàcil trobar un tema que reuneixi tan clarament una sola preocupació i la mostri mitjançant tantes propostes diferents.

Està bé que a l’exposició gairebé no hi hagi intervingut l’administració pública: potser així ha deixat pas que floreixin tantes i tan diverses opinions i iniciatives. Veient-la, va prenent forma el fet que la necessitat innegable d’una política d’habitatge no ha de voler dir únicament i necessària l’obligació de construir nous edificis d’habitatges. Una política d’habitatge pot voler dir incorporar algunes —i en són moltes— de les propostes que l’exposició ens mostra. Especialment, moltes d’elles estan relacionades amb els processos i el seu inici, amb les diverses maneres de gestionar l’accés a l’habitatge de formes cooperatives i enginyoses, on és necessari la incorporació de juristes als equips que permetin crear nous instruments: posar pisos buits per llogar, propostes com l’anomenada Masoveria Urbana, els de Dret a Superfície, cooperatives d’habitatges en cessió d’ús... Tot això sense esmentar propostes puntuals, com les correccions tipològiques o les intervencions per formalitzar la indeterminació de gènere als habitatges. Tot un repertori que es podria dirigir més a realitzar diferents accions que no pas únicament a fer blocs d’habitatges.

‘Pis(o) Pilot(o)’, al CCCB,
demostra que no tot passa
per construir nous edificis


Ja són molts els que comencen a assenyalar que actualment, fruit de la crisi econòmica dels darrers anys, el preu de l’habitatge de promoció privada i el de promoció pública s’han acostat molt. ¿No és aquest un senyal que ja no val seguir operant de la mateixa manera? La política de l’habitatge ja no dóna lloc a projectes emplaçats en un solar en un lloc determinat, sinó a diverses accions escampades, sense solar i sense una forma determinada. L’habitatge és, més que mai, l’expressió que l’arquitectura té avui altres trets d’identitat; ara tan sols falta que la normativa que l’afecta al nostre país sigui tan flexible com les propostes que es mostren. Si una cosa sorgeix en veure la contraposició de la realitat de Medellín i de Barcelona és que no sembla haver-hi tantes diferències entre les nostres experiències experimentals en matèria d’habitatge i les seves experiències d’arquitectura informals. La gent s’entén i les normatives ens separen.

El País, Quadern, 12 juny 2015




Els comissaris Guillen Augé, Josep Bohigas, David Bravo, Àlex Giménez, Nydia Gutiérrez i Anna Vergés han donat veu a la participació de cooperatives, estudis d'arquitectura, plataformes, col·lectius, artistes i altres agents (ETSAV, ETSAB, La Salle, ETSAM, IAAC, ESARQ-UIC, Elisava, Columbia University, Fundació UPC, CoAC, FAD Fundació Arrels, PAH, Sostre Cívic, Universidad Pontificia Bolivariana, URBAM-EAFIT, Escuela del Habitat-UNAL, entre d'altres).

L'exposició esta oberta al públic del 4 de juny al 25 d'octubre del 2015


+ info: www.cccb.org/ca/exposicio-piso_piloto-128989
+ info: 
etsav.upc.edu/ca/noticies/8964

15 de maig del 2015

cuatro ideas para que las calles sean lugares para reconstruir las comunidades

Este artículo fue inicialmente publicado en Plataforma Urbana.

Honfleur, Francia. Imagen © FranekN, vía Flickr.

La masificación de los automóviles a inicios del siglo XX y la creación de infraestructura para su uso son hechos que terminaron por modificar el paisaje de las ciudades y la vida de sus habitantes.

Si bien desde antes de la irrupción de los autos el lugar para las relaciones sociales eran las calles, hoy en día lo siguen siendo, pero de una manera algo condicionada al tránsito.

Frente a esto, es interesante conocer lo que plantea Project for Public Spaces (PPS) en su investigación “Calles como lugares: Usando las calles para reconstruir las comunidades”, sobre la que te contamos a continuación.

George Street, Sydney, Australia. Imagen © Project for Public Spaces.

En este estudio, la organización estadounidense parte de la base que para restaurar la vida comunitaria en las calles, es esencial liberarlas de la dominación de los vehículos con motor e intervenirlas mediante un enfoque integral. En este sentido, PPS sostiene que las calles deben adoptar elementos que caractericen cómo es una comunidad, cuáles son sus necesidades y aspiraciones.

Para esto, elaboró los siguientes cuatro puntos en los que entrega consejos sobre cómo hacer que las calles se transformen en lugares en donde las personas quieran pasar parte de su tiempo.

1. Espacios y atractivos

Las aceras no solo hacen posible que lleguemos a nuestros destinos, sino que también cumplen una importante función social, en donde es posible encontrarse con un conocido o que se creen momentos para conocer a nuevas personas.

No obstante, es común que estos espacios no tengan un diseño adecuado y que, por lo mismo, compliquen los desplazamientos. Para evitar esta situación, lo ideal es que las aceras lleven hasta los destinos y que realmente sirvan para conectar con estos lugares.

Biblioteca pública de Nueva York. Imagen © Project for Public Spaces.

Asimismo, lo ideal es que en las aceras hayan ciertos atractivos, como obras de arte público, ya que se ha demostrado que son capaces de expresar el espíritu de un lugar y de fomentar la interacción entre las personas. También se propone que se instalen flores, debido a que sirven como un primer paso para iniciar un cambio de revitalización mayor.

Una tercera idea es contar con lugares para sentarse y que se conecten con espacios atractivos visualmente. Finalmente, una idea es que las calles cuenten con signos, ya que así la gente va a confiar en que podrá ser guiada hasta sus destinos de una manera fácil de entender.

2. Celebraciones, espectáculos y reuniones

Desde siempre, las fiestas típicas locales o nacionales se desarrollan en las calles o en los parques. Este espíritu de celebración es lo que se debe incentivar en las ciudades como una manera de traer de vuelta a los espacios públicos a un mayor número de personas y así lograr que se conecten en torno a las tradiciones comunes. Incluso, de esta manera es posible crear un sentido de orgullo y pertenencia, de acuerdo a lo planteado por PPS.

3. Administración y Mantenimiento

Entre los elementos básicos que deben estar presentes en un espacio público se encuentran la limpieza y la mantención, ya que a través de éstos se pueden dar a conocer otras características del lugar, como por ejemplo, sobre la seguridad.

Sin embargo, no solo estos elementos son primordiales para la buena gestión de un lugar, ya que también se debe considerar la entretención a través de los eventos que se pueden hacer en un lugar y que atraigan interés de las personas para visitar el lugar.

4. Participación de las comunidades

Es muy común que cuando se inaugura un nuevo espacio público o se entrega tras una remodelación, exista la inseguridad de que al poco tiempo va a estar descuidado.

Cathedral Square Market, Milwuakee, Wisconsin. Imagen © Project for Public Spaces.

Sin embargo, PPS cree que si se se involucra a las comunidades en su cuidado, se genera un sentido de propiedad que incentiva a las personas a desarrollar actividades de mantenimiento. De esta manera, se hace posible que los ciudadanos tengan la confianza para controlar sus destinos.

El estudio de PPS se puede descargar desde aquí.
Este artículo fue inicialmente publicado en Plataforma Urbana.

23 d’abril del 2015

ciutat, carrer i menjar

festival Eat Street. foto ZacVanLab

Eat Street és un festival periòdic de menjat al carrer que treballa amb aliments i plats de qualitat. L'última edició ha estat el 18 d'abril i voldrien arribar a 6 edicions cada any.
D'acord amb la seva pàgina web, Eat Street "neix per a redefinir el concepte de menjar al carrer a Barcelona", si bé el resultat supera les expectatives perquè en realitat aconsegueixen redefinir el propi carrer –en aquest cas, el moll de Sant Bertran al Port Vell– durant el temps que dura la celebració.



festival Eat Street. fotos ZacVanLab

El seu principal objectiu és "donar un gir de 360º a l'espai urbà per a portar la gastronomia del carrer al seu esplendor màxim en termes de qualitat, sense oblidar la importància d'establir preus assequibles". Sempre segons les seves dades, han aconseguit reunir més de 10.000 persones en aquesta darrera edició.

Ara fa pocs dies que el mercat itinerant Demanoenmano va fer una fira als jardins de la Universitat de Barcelona. Entre les parades de venda de d'objectes de segona mà, reciclats o de col·leccionisme i les que ofereixen peces d'artesans i dissenyadors, s'hi podien fer tallers i menjar a la 'zona gastronòmica' que s'hi va instal·lar. Un parell de caravanes, dos food trucks i algunes carpes van transformar els jardins en un conjunt de places i carrers en els que es podia viure en una atmosfera inusual en ple centre de la ciutat.



mercat Demanoenmano, fotos PF

En aquests moments, iniciatives com aquestes queden reduïdes a esdeveniments puntuals perquè la normativa no permet que siguin habituals en els nostres carrers. Si fem una anàlisi en profunditat dels canvis que es produeixen a la ciutat a l'hora del dinar, serem conscients que ja no es limiten a l'interior de bars i restaurants. Les terrasses que ocupen el carrer pràcticament tot l'any en són un clar exemple, però el menjar a domicili, el tupperware, els plats preparats, els programes de cuina, els menjars de negocis, el turisme, les xarxes de distribució, el menjar com a acte social o el menjar ràpid i de qualitat –una combinació possible– són molts altres factors que determinen quines són les transformacions quotidianes de la ciutat en aquest període de temps.

En aquest context, s'hauria de veure com la venda itinerant en caravanes o food trucks pot resoldre problemes reals sense necessitat d'estructures permanents i amb la facilitat de poder fer marxa enrere si la prova no s'ajusta a les expectatives en un determinat indret.