Es el caso del mercado de Sant Antoni, que empezó los trabajos en el 2010 y no está previsto que finalicen hasta principios del 2016, si no hay más contratiempos. Unos hallazgos arqueológicos encontrados en el subsuelo del equipamiento cuando se construyeron los muros pantalla obligaron a redactar de nuevo el proyecto de remodelación. Lo cierto es que la instalación municipal acumula muchos años de retraso. Estos días están finalizando el estudio arqueológico, a cargo de Patrimoni, que determinará cómo se restaurarán los vestigios de la antigua puerta de Sant Antoni. Los trabajos tienen como objetivo identificar, numerar y documentar las capas del suelo que sean diferenciables y las estructuras que puedan aparecer.
La adaptación del proyecto –de Ravetllat-Ribas– a los restos hallados ha obligado a reducir un poco la superficie comercial y la del aparcamiento soterrado. Precisamente, está previsto licitar estas obras y más tarde las de superficie.
El caso del mercado del Ninot es completamente diferente, el concejal de Comercio, Raimond Blasi, reconoce el punto muerto en la ejecución de las obras, que están paralizadas después de dejar al descubierto la antigua carcasa de la instalación comercial. Con todo, el edil refiere que los trabajos para la construcción del aparcamiento soterrado saldrán a concurso en breve y se espera recuperar el tiempo perdido. “Las obras para reemprender el proyecto empezarán el próximo mes de enero”, explica Blasi.
Los que con toda seguridad abrirán sus puertas el año que viene son las instalaciones de Sants, Encants, Provençals y Guineueta. El primero de ellos está a punto de iniciar su tercera y última fase. Se trata de una remodelación de gran envergadura que ha supuesto el traslado de unos 60 comerciantes a una carpa provisional en las inmediaciones. Las obras, a cargo del estudio de arquitectura Pb2 Projecte, dirigido por el arquitecto Josep Llobet i Bach –responsable también de la reforma del mercado de la Concepció– se han centrado en la construcción de tres nuevas plantas soterradas. Mediante un sistema de micropilotaje se ha sustentado la estructura del inmueble para perforar el subsuelo, donde se situará el aparcamiento, la carga y descarga y los almacenes de los comerciantes.
En Sant Martí, la remodelación del mercado de Provençals, que se lleva a cabo mientras se mantiene la actividad comercial, obligó el pasado mes de agosto a cerrar las puertas de la instalación para sustituir el pavimento. El lunes las instalaciones volvieron a abrir tras renovar el pavimento y las cámaras frigoríficas. La remodelación finalizará, según avanza el concejal Blasi, el año que viene, pocos meses después de la inauguración del mercado de la Guineueta, donde la actividad también se ha mantenido durante los dos años de obras.
La transformación de este espacio comercial está a cargo del taller DMDEAU, de Daniel Mòdol, y se encuentra en la última fase: en estos momentos se está construyendo un voladizo de 16 metros frente a la instalación comercial que dará cobijo a un espacio público. El mercado ya luce fachada nueva recubierta por unas lentes de piedra líquida.
Las que tienen un futuro más incierto son las instalaciones del Bon Pastor, Vall d’Hebron y Guinardó, que se mantienen a la espera de financiación. El caso del Bon Pastor es reseñable, ya que el antiguo edificio fue derribado en el 2009. Los comerciantes se trasladaron a una carpa y esperaban que una vez finalizasen los trabajos en la línea 9 se construiría la nueva instalación, pero las obras acabaron y en su lugar ha aparecido una gran plaza pública. De hecho, el inmueble que debía albergar los usos comerciales disponía también de otros equipamientos y viviendas. El proyecto se está reformulando para adaptarlo a las nuevas necesidades sociales, donde la vivienda no tiene cabida.
El caso del Guinardó también es similar, aunque aquí, al estar en un polo de equipamientos como un CAP y un centro de día que la Generalitat debe financiar, la obra se ha paralizado hasta que se encuentre inversión.
Otro de los proyectos en fase incipiente lo desarrolla el arquitecto Juan Herreros: es el del mercado de Vall d’Hebron, que será explotado mediante una concesión privada y se situará en un solar junto a la ronda de Dalt. “Se trata de un plan ligado a las necesidades de equipamientos y que se debe definir aún en función de la inversión. Con todo, no se descarta remodelar el mercado donde está ahora”, refiere el edil.
Artículo completo: http://www.lavanguardia.com/vida/20120905/54346806108/reformas-mercados-barcelona-ralenti.html#ixzz25bjglde6
En Sant Martí, la remodelación del mercado de Provençals, que se lleva a cabo mientras se mantiene la actividad comercial, obligó el pasado mes de agosto a cerrar las puertas de la instalación para sustituir el pavimento. El lunes las instalaciones volvieron a abrir tras renovar el pavimento y las cámaras frigoríficas. La remodelación finalizará, según avanza el concejal Blasi, el año que viene, pocos meses después de la inauguración del mercado de la Guineueta, donde la actividad también se ha mantenido durante los dos años de obras.
La transformación de este espacio comercial está a cargo del taller DMDEAU, de Daniel Mòdol, y se encuentra en la última fase: en estos momentos se está construyendo un voladizo de 16 metros frente a la instalación comercial que dará cobijo a un espacio público. El mercado ya luce fachada nueva recubierta por unas lentes de piedra líquida.
Las que tienen un futuro más incierto son las instalaciones del Bon Pastor, Vall d’Hebron y Guinardó, que se mantienen a la espera de financiación. El caso del Bon Pastor es reseñable, ya que el antiguo edificio fue derribado en el 2009. Los comerciantes se trasladaron a una carpa y esperaban que una vez finalizasen los trabajos en la línea 9 se construiría la nueva instalación, pero las obras acabaron y en su lugar ha aparecido una gran plaza pública. De hecho, el inmueble que debía albergar los usos comerciales disponía también de otros equipamientos y viviendas. El proyecto se está reformulando para adaptarlo a las nuevas necesidades sociales, donde la vivienda no tiene cabida.
El caso del Guinardó también es similar, aunque aquí, al estar en un polo de equipamientos como un CAP y un centro de día que la Generalitat debe financiar, la obra se ha paralizado hasta que se encuentre inversión.
Otro de los proyectos en fase incipiente lo desarrolla el arquitecto Juan Herreros: es el del mercado de Vall d’Hebron, que será explotado mediante una concesión privada y se situará en un solar junto a la ronda de Dalt. “Se trata de un plan ligado a las necesidades de equipamientos y que se debe definir aún en función de la inversión. Con todo, no se descarta remodelar el mercado donde está ahora”, refiere el edil.
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