30 de desembre del 2015

¿el ocaso del coche privado?

Los escándalos en la industria automovilística y la protección del medio ambiente invitan a imaginar una ciudad distinta.

Luís Feduchi
El País, 27 diciembre 2015

Ese ingenio conocido como coche, gran protagonista del crecimiento urbano, de la libre movilidad y del estatus social, parece necesitado de una inspección en toda regla. La crisis del sector unida a la preocupación, cada vez más creciente, por su impacto medioambiental han hecho emerger propuestas inusitadas: coches de uso público compartido, propietarios de vehículos que ofertan a otros pasajeros compartir gastos en sus trayectos habituales, o automovilistas privados que se ofrecen como conductores a bajo precio. Estas nuevas prácticas ya están entre nosotros con nombres como carsharing, Blablacar o Uber, respectivamente.

Modalidades de carsharing en futureofcarsharing.com.

A esto se añade el auge de la bicicleta como medio de transporte urbano. Su irrupción, peor o mejor señalizada, entre el tráfico rodado ha venido acompañada de subvenciones para promover su alquiler para trayectos en la ciudad. Todo esto dibuja un panorama en el que el coche privado podría ser visto no ya como un lujo, sino como un estorbo.

La idea de que se limite el uso del automóvil en las ciudades puede sonar tan increíble como imposible parecía hace dos décadas que el tabaco acabara siendo proscrito de los lugares públicos. Pero la ciudad sin coches ya está aquí. O mejor: siempre estuvo aquí, desde el principio. Hay ciudades que se construyeron en espacios situados en orografías de difícil acceso, tejidos con la densidad de una medina árabe, ciudades montaña, ciudades bastión, ciudades prohibidas, en las que nunca entraron los coches. También se erigieron ciudades aisladas o poblaciones de archipiélago que solo estaban comunicadas por mar; eran ciudades isla y ciudades mar. En esos lugares no existían el ruido, la polución y la peligrosidad inherentes al transporte en coche.

Fotograma de Abre los ojos, de Alejandro Amenábar (1997).

Imaginemos ahora una conurbación visible, real, contemporánea, donde, salvo en casos de necesidad, la población se mueva sin la ayuda de ninguna fuerza motora artificial. Un lugar donde la calle fuera en sí misma un medio de transporte, calles empedradas o canales como en Venecia.

Paradójicamente, el lugar de donde partió el narrador de Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, es hoy, por increíble que parezca, modelo de futuro. Esta idea resulta impensable para los habitantes de una ciudad histórica invadida, mutilada por automóviles. También podría resultar un modelo utópico para los que habitan la ciudad del siglo XX, construida ya por y para el coche, y donde carecer de él puede casi relegarlo a uno a ciudadano de segunda clase.

Pero el ocaso del coche privado y su impacto es un asunto transdisciplinar. Sus beneficios en materia de salud, medio ambiente, energía o justicia social apenas dan lugar a discusión. Para que la ciudad sin coches sea algo real, solo falta resolver el factor económico, es decir, el impacto en el sector, pero no la viabilidad de la idea.

Imagen del Día sin coches en Barcelona, el domingo 18 de octubre de 2015.

Tendemos a ver la ciudad como algo que se construye, cuando también es una sucesión de derrocamientos. Cuanto más exitosa, longeva y vital es una urbe, mayor es el número de transformaciones que ha experimentado. La restricción de aparcar vehícu­los de no residentes en el centro de Madrid, implementada por Manuela Carmena hace escasas semanas, puso de manifiesto que este tema de limitar el uso del coche en la ciudad no es algo visionario, complejo o de ciencia-ficción, sino que es más bien una cuestión de cambio de mentalidad.

El nacimiento de los Estados-nación derribó las murallas y el desarrollo industrial abrió zanjas de saneamiento, ahora llega el derrocamiento del vehículo privado en la ciudad. Se abre el tiempo de reflexión sobre ese nuevo espacio público.

Luis Feduchi es arquitecto y decano de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Camilo José Cela. Colabora con la Humboldt Universität de Berlín.

27 de desembre del 2015

la construcció per sí sola no fa ciutat

Diego Sáez Ujaque, arquitecte
El Periódico de Catalunya, 11 desembre 2015

A priori, caldria celebrar l'anunci de l'ajuntament de Barcelona de construir 2.000 habitatges socials a la Zona Franca, almenys des d'un vessant assistencial i pal·liatiu, com a resposta a la situació d'emergència que viuen moltes famílies.

No obstant, crec que el consistori no hauria de confondre la seva funció amb la que afortunadament fan les entitats socials i benèfiques, com la PAH, sinó que hauria de fer possible que qualsevol persona pogués escollir el lloc on vol viure, amb una oferta distribuïda per tota la ciutat. Així, i des de la perspectiva de les dinàmiques urbanes a mitjà i llarg termini, aquestes propostes de concentració tipològica d'habitatge social en espais perifèrics sovint mal comunicats poden degenerar en situacions de guetificació com les originades amb els polígons dels anys 50 i 60. Un cas paradigmàtic és el de la Mina, que tot just comença a redreçar-se després de molts anys de treballs comunitaris i de propostes i projectes de regeneració social i urbana.

Els treballs de l'Agència d'Ecologia Urbana de Barcelona posen en relleu la importància de la barreja d'usos i diversitat tipològica (complexitat urbana) per a la millora de la resiliència i la capacitat d'adaptació als canvis futurs de la ciutat. I segons els estudis de dinàmica urbana de Jay Forrester, amb totes les reserves necessàries, la construcció d'habitatge social perpetua i accentua la seva demanda i tan sols la creació d'habitatges de nivell mitjà i alt genera dinàmiques positives en el sentit de llocs de treball qualificats, millora de la qualificació professional i creació d'activitat.

A més, considerant la quantitat d'habitatges buits existents, la proposta de construcció d'edificis de nova planta és, també des de la perspectiva ambiental, una solució molt menys sostenible que la de l'aprofitament del parc existent mitjançant el lloguer temporal.

6 de novembre del 2015

'adopta un cadáver inmobiliario'



La falta de datos sobre la medida y la dimensión del conflicto territorial y económico producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria ha llevado a crear, la base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.

Durante la edición 2014 de las jornadas Arquinset, organizado por ArquinFad y comisariadas por Julia Schulz-Dornburg, se constituyó un grupo un grupo de trabajo del que Montera34 forma parte. Este encuentro sirve para organizar una estructura de trabajo deslocalizada.

Se han definido grupos de trabajo: organización, difusión, herramientas, definición y financiación– y se sientan las bases para estructurar la base de datos, qué incluir en ella y cómo visualizar esos datos.
Las herramientas principales de trabajo son una lista de correo como medio de comunicación interno, una cuenta de twitter y una página de Facebook como medios de difusión y comunicación externa.



Tras el encuentro se decide poner en común las bases de datos de algunos de los colectivos implicados: 6000 km (Basurama), Especulación (Ecologistas en Acción), Medit Urban, Nación Rotonda, Neoruinas (Tenerife) y Ruinas modernas.

Este proceso colectivo ha permitido recopilar y aunar información sobre los diferentes casos. Se ha debatido sobre la cantidad y el tipo información necesarios, y sobre cómo convertirlo en un proceso participativo.

Ahora toca pensar cómo podemos hacer que esta información tenga su traducción visual y pueda ser accesible y manejable por diferentes actores.


El hackathon “adopta un cadáver” pretende juntar programadores, arquitectos, urbanistas, geógrafos, periodistas, activistas y toda persona interesada con el fin de intercambiar visiones y generar herramientas y visualizaciones que sirvan para entender la información recopilada y colabore a reflexionar sobre los despojos de la burbuja inmobiliaria.

La sesión se ha desarrollado en formato Hackathon. Un Hackathon, que viene de Hack y Marathon, es un evento en el que durante poco tiempo se juntan varias personas con diferentes experiencias y conocimientos para desarrollar intensa y conjuntamente un proyecto.



Presentación de la web y base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.
Montera34 (Pablo Rey Mazón y Alfonso Sánchez Uzábal), participantes en Cadáveres Inmobiliarios, grupo de herramientas.

Breve resumen del proceso:
1. Explicación de los objetivos y metodología de trabajo.
2. Breve presentación de los invitados y sus aportes-necesidades como posibles usuarios de la base de datos. Los participantes podrán haber compartido previamente algunas ideas.
3. Lluvia de ideas. Evaluación de lluvia de ideas. Se discutirán sistemas del uso de datos y posibles visualizaciones.
4. Creación de equipos en base a proyectos seleccionados.
5. Puesta en común.
6. Trabajo por equipos.
7. Sesión resumen de puesta en común y perspectivas de futuro.


(gràcies Nu)

6 de setembre del 2015

a shipping container skyscraper for Mumbai slums?

GA Design radical shipping container skyscraper to provide temporary housing in a Mumbai Slum.
by Karissa Rosenfield, via ArchDaily, 24 August 2015
all images courtesy of GA Design


Ganti + Asociates (GA) Design has won an international ideas competition with a radical shipping container skyscraper that was envisioned to provide temporary housing in Mumbai's overpopulated Dharavi Slum. Taking in consideration that steel shipping containers can be stacked up to 10 stories high without any additional support, GA's winning scheme calls for a 100-meter-tall highrise comprised of a series of self supported container clusters divided by steel girders placed every 8 stories. 


From the architects__ "India’s commercial capital Mumbai, Dharavi spreads over 500 acres. Besides being a dwelling place, it is also a work center and a center for recycling and small scale industries, where people live and work together, making it a truly green community. Houses consists of ground or ground plus one units attached end on end to form a complex and highly dense linear mass. The streets, often only 4’ wide, run like the arteries through the settlement, providing light and ventilation to each of its units made from recycled tin or plywood planks nailed together".


Keeping in line with its modular and recyclable character, a vertical high-rise made from recycled shipping containers seems to fit the need. Mumbai is a big port with easy availability of shipping containers. Containers can be stacked 10 storeys high without additional supports. The steel skin itself takes the load like a “Monocoque” structure thus cutting cost for additional columns or beams. The design of a 100 M tall high rise structure (approx. 32 storeys) calls for erecting portal frames connected with steel girders placed every 8 storeys. Each 8 storey self-supporting stack rests on these girders and the module repeats vertically.

 

Each apartment is made up of 3 standard size (40’ Long X 8’6” High X 8’ Wide) containers. Plan is staggered to create an aesthetic and for ergonomic purpose. The floor above cantilevers over the floor below to create a covered corridor. The units are arranged symmetrically around a central core that houses the vertical circulations namely the stairs and elevators. Portals serve as ducts for vertical plumbing and electrical needs. The sides of the portal carries solar panels on the west side and micro wind turbines on the east side for hybrid cogeneration of electricity. The corridors are lines with screens made out of recycled terracotta jalis which are made locally in Dharavi at Kumbharwada (Potter’s community). 


With sustainability in mind, each container can be reclaimed from Mumbai's nearby ports. Recycled, locally produced Terracotta bricks would be used to form the screens lining the building's open corridors. Simple bolted connections can allow for quick and easy assembly. Units are staggered horizontally to maximize the surfaces getting natural daylight. And, solar panels are integrated into the building's south and west elevations, as well as micro wind turbines, to generate energy.


From the jury__  "This project presented an overall understanding of the site context, the community, culture and need for improved living standards. The panel liked the clean configuration of a development that could be repeated and adapted to create a district preventing the re-creation of another slum. 
"It is a proposal that rightly addressed the issues of sustainability, circulation, energy use, ventilation and lighting by the cleaver adjustment of the containers to allow light through to the other modules. A straight forward convincing solution in terms of form, configuration, distribution and function."


Architects: GA Design Consultants,
Location: Dharavi
Architects in Charge: Shekar Ganti, Gauri Shitole
3d Visualizer: Nikhil Champanerkar
Intern: Rashmi Rajpal
Project Year: 2015
Photographs: Courtesy of GA Design


3 d’agost del 2015

habitatge a Gràcia, per Vora arquitectura

reforma apartamento en Gràcia, Barcelona 
Vora arquitectura (Pere Buil + Toni Riba) 
2010-2011 
fotografía © Adrià Goula 
texto Catalina Gutiérrez 


"El apartamento consistía en un conjunto de espacios en los que se apreciaban diferentes tiempos sobrepuestos. Usos diversos que habían acumulado elementos y capas sobre sus muros a lo largo de los años, y habían acabado por conformar un ambiente extraño y desdibujado. A pesar de la confusión se podía apreciar la potencia de sus características definitorias originales: una estructura de espacios encadenados separados por una potente sucesión de muros de carga, un pavimento de mosaico hidráulico con distinción de jerarquía de usos, y los techos ritmados conformados por bovedillas cerámicas y vigas de madera.


Nos pareció que un trabajo de reforma debía sacar el máximo partido de lo que se encuentra. Como pasa en la ciudad, que es un conglomerado de tiempos históricos diferentes que se contaminan mutuamente, que se entretejen en un todo complejo y ambiguo. Aunque en este caso la preexistencia no tenía un valor patrimonial ni histórico excepcional, era perfectamente aprovechable y atractiva, y nos llevó a una estrategia de reciclaje y transformación, con límites difusos, a la que insertamos nuevos elementos funcionales concentrados y diferenciados."

28 de juliol del 2015

'disponible': locals desocupats a la ciutat

Urban Commerce, Jornada 2013
Locales comerciales : nuevos usos, alternativas y oportunidades
jueves 26 de septiembre, Vitoria-Gasteiz
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta.


Fotomontaje de la calle Sant Pere Mitjà como posible mercado

En la calle Sant Pere Mitjà, en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, 67 locales de un total de 99 están cerrados al público. El diagnóstico es complejo. Incluye la morfología de la calle, su escasa conectividad urbana, la situación del barrio de Sant Pere, los flujos de personas, pero también los parámetros normativos que regulan la instalación de nuevas actividades o la dificultad de promover iniciativas sobre la base de acciones puntuales.

En un estudio presentado a la Jornada Urban Commerce 2013 en Vitoria, se plantea un proceso de revitalización de Sant Pere Mitjà que resulta de considerar la especialización de la calle como alternativa a la dispersión actual, de favorecer la expansión del espacio público y la permeabilidad de las plantas bajas, de reforzar la identidad de la calle y de proponer un modelo de gestión conjunta del ámbito. Estas medidas configuran, en su conjunto, una estrategia que debería permitir el establecimiento de actividades en las plantas bajas y la simultánea regeneración del espacio público.

1. Especialización como alternativa a la dispersión

El distrito de Ciutat Vella ha recurrido a un Plan de usos para regular la presión ejercida desde varios sectores económicos, en particular, desde la industria turística. Fijando límites para estos usos, se pretende reequilibrar las actividades que dan servicio a los residentes y a los ciudadanos en general. No obstante, casos como el de Sant Pere Mitjà permiten observar que esta fórmula basada en la dispersión de los usos potencialmente nocivos no estimula la implantación otras actividades con un mayor retorno social, a pesar de que la densidad residencial de la calle y de su entorno inmediato haría prever una situación muy diferente. La suma de iniciativas individuales resulta insuficiente para establecer las complicidades necesarias que permitan revertir esta situación.


Planta del ámbito de Sant Pere Mitjà indicando los locales cerrados

Es necesario un cambio de criterio que permita hacer la pregunta adecuada: ¿qué actividad puede ocupar los 6.000 m2 de superficie comercial y de trabajo disponibles en plena Ciutat Vella? Una cifra que podría doblarse con la superficie de locales desocupados en las travesías de Sant Pere Mitjà. Sólo con el techo de actividad considerado, es posible establecer comparaciones reveladoras del potencial de esta calle: las galerías comerciales Bulevard Rosa ocupan una superficie de unos 5.000 m2 en el interior de una manzana del Eixample; el mercado de la Boquería cuenta con 6.876 m2, mientras que una planta del centro comercial El Corte Inglés de plaza Catalunya tiene un techo de 6.275 m2.

Sin dejar de ser una calle, Sant Pere Mitjà podría asumir el papel de espacio de conexión entre los 67 locales desocupados, y entre éstos y la ciudad. Permitiría asimilar el conjunto de la calle y sus travesías a un bazar, una galería o un mercado, conectado con la ciudad por las once ‘puertas’ de su perímetro. Cómo en los ejemplos citados, la especialización es clave para dar verosimilitud a la hipótesis de un espacio comercial y de trabajo considerado conjuntamente. En el caso de Sant Pere Mitjà y sus travesías, la vía hacia la especialización de la oferta podría compensar el aislamiento de la calle con el conocimiento de la actividad que se desarrolla.

No se trata de sustituir los locales que ya están en funcionamiento, sino de incorporar un porcentaje significativo de nuevos usos interrelacionados, suficiente para hacer identificable la calle dentro de la oferta de la ciudad y capaz, a su vez, de servir como catalizador de intervenciones posteriores atraídas por los cambios experimentados. Parte del atractivo de desplazarse hasta aquí sería justamente la agrupación de estos locales, como sucede en varios ejemplos actuales de concentración especializada dentro y fuera de Barcelona.

Sería necesario elaborar una propuesta de actuación capaz de determinar qué tipo de productos o servicios serían los adecuados para este nuevo bazar, teniendo en cuenta las limitaciones físicas y normativas, pero también en función de la estrategia que se quiere seguir para su desarrollo, que cuente con la propia calle como espacio de relación.

Las actividades potenciales deben hacer compatibles la producción de bienes y servicios con aulas taller y espacios de exposición y venta, como podría ser un mercado de segunda mano, de reparaciones y reutilización o de talleres artesanales; es decir, actividades que permitan completar todo su ciclo productivo en un mismo lugar y que den pleno sentido a la especialización.

2. Expansión del espacio público y permeabilidad de las plantas bajas

La anchura de la calle Sant Pere Mitjà –entorno a los 3,3 metros– no debería ser entendida como una limitación, sino como una ocasión para la singularización. Las dimensiones casi domésticas de su trazado permiten establecer una relación de proximidad que, en ausencia de tráfico rodado, convierten la calle en un ‘pasaje’ que conecta los diversos locales, casi cómo sucede en una galería comercial o en un mercado. Desde este punto de vista, la calle puede sacar partido de su anchura, permitiendo una mayor interacción entre los locales, y entre éstos y los peatones. No obstante, hay que considerar adecuadamente este parámetro para evitar una ocupación permanente del espacio público que suponga un conflicto con las 556 viviendas censadas en la calle. Por este motivo, podemos hacer una mirada interesada a las consecuencias que está causando en la ciudad la aplicación de otra normativa.

Desde la modificación de la llamada Ley Antitabaco, Ley 42/2010 de 30 de diciembre, en muchos establecimientos del ámbito de la hostelería es cada vez más habitual la reserva de un espacio de entrada cubierto pero al aire libre, que se ha obtenido desplazando el cierre del local o haciendo habitable el ancho del muro con la incorporación de mobiliario adaptado. Se trata de espacios donde la ley permite el consumo de tabaco y que no requieren permiso de ocupación de la vía pública, como sucede con las terrazas y los veladores, sometidos a tasas municipales. Esta combinación de factores es clave para su éxito. En el caso de Barcelona, donde el clima invernal es benigno, estos espacios umbral son ocupables prácticamente todo el año. Trascendiendo los factores que los han originado, se trata de ámbitos que han ampliado el contacto directo con el peatón, invitándolo a hacer uso; hasta el punto que otros locales, con independencia de la actividad que desarrollan, pueden tomar nota de este hecho.

La calle Sant Pere Mitjà puede beneficiarse de esta práctica, diluyendo la separación entre espacio público y privado de forma que se fomente la interacción entre los dos y aumente la superficie disponible para usos vinculados a la calle. Ampliada por la presencia de estos espacios umbral, la calle pasa a ser una unidad indisoluble con las plantas bajas en beneficio mutuo. Penetra sin dificultad en el ámbito privado borrando la distancia impuesta con las actividades de los locales y, a su vez, éstas pueden ganar presencia en el exterior, contagiando su vitalidad al espacio público.


Esquema de la calle Sant Pere Mitjà antes y después de la intervención

Podemos ver aquí una analogía con los puestos de un mercado abiertos a la calle o algunas tiendas de los bazares norteafricanos, a menudo conectadas a un taller, un almacén o la propia vivienda, en función de la especialidad. Operaciones de esta naturaleza se extienden con gran facilidad y suponen una ocupación temporal del espacio público que no sería contradictoria con las disposiciones normativas que excluyen las actividades permanentes en calles de anchura inferior a los 7 metros y, en cambio, pueden contribuir eficazmente a su transformación.

Conviene insistir en el papel estructurador que asume la calle cuando se la considera como galería. Además de propiciar un uso temporal más intenso y diverso, esta condición permite ampliar las posibilidades de los propios locales, considerándolos, en todo o en parte, como prolongación del espacio de uso público y al revés.

Esto permite integrar los espacios umbral generados en un mismo sistema y pensar en algunos locales como puestos abiertos, pero también prever alternativas a la conexión directa entre locales, que no impliquen la transformación de las edificaciones, como los establecimientos discontinuos; es decir, una misma actividad que ocupa varios locales, de forma que la calle actúa como nexo común de relación.

3. Potenciar la identidad de Sant Pere Mitjà

A partir de la actuación de revitalización que se propone, entendemos el conjunto de locales de Sant Pere Mitjà y sus travesías como una entidad única articulada entorno a la calle, de manera que ésta debe ser inidentificable y fácilmente distinguible en su contexto urbano. En parte, la especialización de los locales ya la hace identificable. A ello se suma el resultado de las transformaciones previstas en los umbrales de las plantas bajas que, observados de manera global, modifican el uso y el carácter del espacio urbano.

No obstante, la naturaleza de la propuesta para Sant Pere Mitjà y sus travesías reclama que la calle asuma ciertas transformaciones que incrementen la visibilidad de la nueva actividad y ayuden a entender la unidad del conjunto. Se podría pensar en intervenciones de naturaleza muy diversa, pero en este contexto la acción se concentra en dos medidas de gran repercusión y coste reducido: la iluminación artificial y las puertas del recinto.

Iluminación singular. No se trata de aumentar el nivel general de iluminación o su uniformidad
–que los propios locales ya modificarán– sino de destacar los cruces de la calle por ser enclaves visibles desde el perímetro exterior. Seis luminarias singulares son suficientes para suscitar este cambio, aunque se podrían valorar otras posibilidades más cercanas al terreno fértil de la instalación artística o la participación ciudadana.


Esquema del entorno de Sant Pere Mitjà como recinto

Puertas a la calle. Se ha insistido en la necesidad de entender Sant Pere Mitjà y sus travesías como elementos vertebradores de una galería o un mercado que integre los locales de las plantas bajas, si bien la presencia externa de este ámbito se reduce a las once ‘puertas’ que le dan acceso desde el perímetro. Se propone actuar también en la modificación de estas bocacalles, remarcando su condición de accesos a un recinto. Sería suficiente incorporar un elemento que sugiera un portal de entrada, anunciando su nombre y, sin mayor intervención, las dimensiones de las calles se alteran por asimilación a los pasajes de una galería comercial. La relación directa de las plantas bajas con el espacio exterior a través de los espacios umbral no hace más que confirmar la intuición de haber entrado en el bazar de Sant Pere Mitjà.

4. Modelo de gestión

Pensar en la calle –propiamente, el espacio público y las plantas bajas– como una entidad única permitiría abordar el problema de la desocupación de manera diferente a la suma de las iniciativas de cada finca aisladamente. La escala de la actuación afecta positivamente a los resultados, desde la normativa, las transformaciones físicas o la gestión.

Sant Pere Mitjà y sus travesías podrían ser entendidas como un establecimiento colectivo. Esto permitiría plantear una fórmula solvente de gestión conjunta capaz de tratar el problema en toda su complejidad. En este sentido, la iniciativa pública puede ser considerada, de forma que evalúe las actividades, ofrezca garantías a los propietarios y aliciente a los inquilinos. Además, también es posible explorar otras vías de acción en la gestión de locales a través de iniciativas de comercio responsable que ofrecen espacios compartidos de exposición, de venta de productos y de trabajo para los diseñadores y artesanos. Son modelos que tienen una presencia creciente en Barcelona, aunque a escala más reducida y que no requieren de la intervención directa de la administración.


Noticia aparecida en La Vanguardia, 17 de junio de 2013

Por otro lado, existen plataformas públicas y privadas, dedicadas a la reparación y reutilización de objetos, que organizan espacios físicos para talleres convencionales pero que, sobre todo, estimulan el aprendizaje y la cultura del aprovechamiento por parte del usuario, como el programa que desarrolla el Área Metropolitana de Barcelona.

Si sumamos a estos ejemplos otros campos de acción vinculados a modelos de gestión innovadores, es posible plantear fórmulas válidas para Sant Pere Mitjà que hagan viable su transformación dentro del margen de actuación que permiten las limitaciones del ámbito, por lo cual cabría desarrollar un estudio detallado de actividades a partir de las pautas propuestas, con el objetivo de establecer cuáles son las más adecuadas para incentivar la implantación.


Urban Commerce, Jornada 2013
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta.