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6 de novembre del 2015

'adopta un cadáver inmobiliario'



La falta de datos sobre la medida y la dimensión del conflicto territorial y económico producido por el estallido de la burbuja inmobiliaria ha llevado a crear, la base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.

Durante la edición 2014 de las jornadas Arquinset, organizado por ArquinFad y comisariadas por Julia Schulz-Dornburg, se constituyó un grupo un grupo de trabajo del que Montera34 forma parte. Este encuentro sirve para organizar una estructura de trabajo deslocalizada.

Se han definido grupos de trabajo: organización, difusión, herramientas, definición y financiación– y se sientan las bases para estructurar la base de datos, qué incluir en ella y cómo visualizar esos datos.
Las herramientas principales de trabajo son una lista de correo como medio de comunicación interno, una cuenta de twitter y una página de Facebook como medios de difusión y comunicación externa.



Tras el encuentro se decide poner en común las bases de datos de algunos de los colectivos implicados: 6000 km (Basurama), Especulación (Ecologistas en Acción), Medit Urban, Nación Rotonda, Neoruinas (Tenerife) y Ruinas modernas.

Este proceso colectivo ha permitido recopilar y aunar información sobre los diferentes casos. Se ha debatido sobre la cantidad y el tipo información necesarios, y sobre cómo convertirlo en un proceso participativo.

Ahora toca pensar cómo podemos hacer que esta información tenga su traducción visual y pueda ser accesible y manejable por diferentes actores.


El hackathon “adopta un cadáver” pretende juntar programadores, arquitectos, urbanistas, geógrafos, periodistas, activistas y toda persona interesada con el fin de intercambiar visiones y generar herramientas y visualizaciones que sirvan para entender la información recopilada y colabore a reflexionar sobre los despojos de la burbuja inmobiliaria.

La sesión se ha desarrollado en formato Hackathon. Un Hackathon, que viene de Hack y Marathon, es un evento en el que durante poco tiempo se juntan varias personas con diferentes experiencias y conocimientos para desarrollar intensa y conjuntamente un proyecto.



Presentación de la web y base de datos de Cadáveres Inmobiliarios.
Montera34 (Pablo Rey Mazón y Alfonso Sánchez Uzábal), participantes en Cadáveres Inmobiliarios, grupo de herramientas.

Breve resumen del proceso:
1. Explicación de los objetivos y metodología de trabajo.
2. Breve presentación de los invitados y sus aportes-necesidades como posibles usuarios de la base de datos. Los participantes podrán haber compartido previamente algunas ideas.
3. Lluvia de ideas. Evaluación de lluvia de ideas. Se discutirán sistemas del uso de datos y posibles visualizaciones.
4. Creación de equipos en base a proyectos seleccionados.
5. Puesta en común.
6. Trabajo por equipos.
7. Sesión resumen de puesta en común y perspectivas de futuro.


(gràcies Nu)

28 de juliol del 2015

'disponible': locals desocupats a la ciutat

Urban Commerce, Jornada 2013
Locales comerciales : nuevos usos, alternativas y oportunidades
jueves 26 de septiembre, Vitoria-Gasteiz
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta.


Fotomontaje de la calle Sant Pere Mitjà como posible mercado

En la calle Sant Pere Mitjà, en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, 67 locales de un total de 99 están cerrados al público. El diagnóstico es complejo. Incluye la morfología de la calle, su escasa conectividad urbana, la situación del barrio de Sant Pere, los flujos de personas, pero también los parámetros normativos que regulan la instalación de nuevas actividades o la dificultad de promover iniciativas sobre la base de acciones puntuales.

En un estudio presentado a la Jornada Urban Commerce 2013 en Vitoria, se plantea un proceso de revitalización de Sant Pere Mitjà que resulta de considerar la especialización de la calle como alternativa a la dispersión actual, de favorecer la expansión del espacio público y la permeabilidad de las plantas bajas, de reforzar la identidad de la calle y de proponer un modelo de gestión conjunta del ámbito. Estas medidas configuran, en su conjunto, una estrategia que debería permitir el establecimiento de actividades en las plantas bajas y la simultánea regeneración del espacio público.

1. Especialización como alternativa a la dispersión

El distrito de Ciutat Vella ha recurrido a un Plan de usos para regular la presión ejercida desde varios sectores económicos, en particular, desde la industria turística. Fijando límites para estos usos, se pretende reequilibrar las actividades que dan servicio a los residentes y a los ciudadanos en general. No obstante, casos como el de Sant Pere Mitjà permiten observar que esta fórmula basada en la dispersión de los usos potencialmente nocivos no estimula la implantación otras actividades con un mayor retorno social, a pesar de que la densidad residencial de la calle y de su entorno inmediato haría prever una situación muy diferente. La suma de iniciativas individuales resulta insuficiente para establecer las complicidades necesarias que permitan revertir esta situación.


Planta del ámbito de Sant Pere Mitjà indicando los locales cerrados

Es necesario un cambio de criterio que permita hacer la pregunta adecuada: ¿qué actividad puede ocupar los 6.000 m2 de superficie comercial y de trabajo disponibles en plena Ciutat Vella? Una cifra que podría doblarse con la superficie de locales desocupados en las travesías de Sant Pere Mitjà. Sólo con el techo de actividad considerado, es posible establecer comparaciones reveladoras del potencial de esta calle: las galerías comerciales Bulevard Rosa ocupan una superficie de unos 5.000 m2 en el interior de una manzana del Eixample; el mercado de la Boquería cuenta con 6.876 m2, mientras que una planta del centro comercial El Corte Inglés de plaza Catalunya tiene un techo de 6.275 m2.

Sin dejar de ser una calle, Sant Pere Mitjà podría asumir el papel de espacio de conexión entre los 67 locales desocupados, y entre éstos y la ciudad. Permitiría asimilar el conjunto de la calle y sus travesías a un bazar, una galería o un mercado, conectado con la ciudad por las once ‘puertas’ de su perímetro. Cómo en los ejemplos citados, la especialización es clave para dar verosimilitud a la hipótesis de un espacio comercial y de trabajo considerado conjuntamente. En el caso de Sant Pere Mitjà y sus travesías, la vía hacia la especialización de la oferta podría compensar el aislamiento de la calle con el conocimiento de la actividad que se desarrolla.

No se trata de sustituir los locales que ya están en funcionamiento, sino de incorporar un porcentaje significativo de nuevos usos interrelacionados, suficiente para hacer identificable la calle dentro de la oferta de la ciudad y capaz, a su vez, de servir como catalizador de intervenciones posteriores atraídas por los cambios experimentados. Parte del atractivo de desplazarse hasta aquí sería justamente la agrupación de estos locales, como sucede en varios ejemplos actuales de concentración especializada dentro y fuera de Barcelona.

Sería necesario elaborar una propuesta de actuación capaz de determinar qué tipo de productos o servicios serían los adecuados para este nuevo bazar, teniendo en cuenta las limitaciones físicas y normativas, pero también en función de la estrategia que se quiere seguir para su desarrollo, que cuente con la propia calle como espacio de relación.

Las actividades potenciales deben hacer compatibles la producción de bienes y servicios con aulas taller y espacios de exposición y venta, como podría ser un mercado de segunda mano, de reparaciones y reutilización o de talleres artesanales; es decir, actividades que permitan completar todo su ciclo productivo en un mismo lugar y que den pleno sentido a la especialización.

2. Expansión del espacio público y permeabilidad de las plantas bajas

La anchura de la calle Sant Pere Mitjà –entorno a los 3,3 metros– no debería ser entendida como una limitación, sino como una ocasión para la singularización. Las dimensiones casi domésticas de su trazado permiten establecer una relación de proximidad que, en ausencia de tráfico rodado, convierten la calle en un ‘pasaje’ que conecta los diversos locales, casi cómo sucede en una galería comercial o en un mercado. Desde este punto de vista, la calle puede sacar partido de su anchura, permitiendo una mayor interacción entre los locales, y entre éstos y los peatones. No obstante, hay que considerar adecuadamente este parámetro para evitar una ocupación permanente del espacio público que suponga un conflicto con las 556 viviendas censadas en la calle. Por este motivo, podemos hacer una mirada interesada a las consecuencias que está causando en la ciudad la aplicación de otra normativa.

Desde la modificación de la llamada Ley Antitabaco, Ley 42/2010 de 30 de diciembre, en muchos establecimientos del ámbito de la hostelería es cada vez más habitual la reserva de un espacio de entrada cubierto pero al aire libre, que se ha obtenido desplazando el cierre del local o haciendo habitable el ancho del muro con la incorporación de mobiliario adaptado. Se trata de espacios donde la ley permite el consumo de tabaco y que no requieren permiso de ocupación de la vía pública, como sucede con las terrazas y los veladores, sometidos a tasas municipales. Esta combinación de factores es clave para su éxito. En el caso de Barcelona, donde el clima invernal es benigno, estos espacios umbral son ocupables prácticamente todo el año. Trascendiendo los factores que los han originado, se trata de ámbitos que han ampliado el contacto directo con el peatón, invitándolo a hacer uso; hasta el punto que otros locales, con independencia de la actividad que desarrollan, pueden tomar nota de este hecho.

La calle Sant Pere Mitjà puede beneficiarse de esta práctica, diluyendo la separación entre espacio público y privado de forma que se fomente la interacción entre los dos y aumente la superficie disponible para usos vinculados a la calle. Ampliada por la presencia de estos espacios umbral, la calle pasa a ser una unidad indisoluble con las plantas bajas en beneficio mutuo. Penetra sin dificultad en el ámbito privado borrando la distancia impuesta con las actividades de los locales y, a su vez, éstas pueden ganar presencia en el exterior, contagiando su vitalidad al espacio público.


Esquema de la calle Sant Pere Mitjà antes y después de la intervención

Podemos ver aquí una analogía con los puestos de un mercado abiertos a la calle o algunas tiendas de los bazares norteafricanos, a menudo conectadas a un taller, un almacén o la propia vivienda, en función de la especialidad. Operaciones de esta naturaleza se extienden con gran facilidad y suponen una ocupación temporal del espacio público que no sería contradictoria con las disposiciones normativas que excluyen las actividades permanentes en calles de anchura inferior a los 7 metros y, en cambio, pueden contribuir eficazmente a su transformación.

Conviene insistir en el papel estructurador que asume la calle cuando se la considera como galería. Además de propiciar un uso temporal más intenso y diverso, esta condición permite ampliar las posibilidades de los propios locales, considerándolos, en todo o en parte, como prolongación del espacio de uso público y al revés.

Esto permite integrar los espacios umbral generados en un mismo sistema y pensar en algunos locales como puestos abiertos, pero también prever alternativas a la conexión directa entre locales, que no impliquen la transformación de las edificaciones, como los establecimientos discontinuos; es decir, una misma actividad que ocupa varios locales, de forma que la calle actúa como nexo común de relación.

3. Potenciar la identidad de Sant Pere Mitjà

A partir de la actuación de revitalización que se propone, entendemos el conjunto de locales de Sant Pere Mitjà y sus travesías como una entidad única articulada entorno a la calle, de manera que ésta debe ser inidentificable y fácilmente distinguible en su contexto urbano. En parte, la especialización de los locales ya la hace identificable. A ello se suma el resultado de las transformaciones previstas en los umbrales de las plantas bajas que, observados de manera global, modifican el uso y el carácter del espacio urbano.

No obstante, la naturaleza de la propuesta para Sant Pere Mitjà y sus travesías reclama que la calle asuma ciertas transformaciones que incrementen la visibilidad de la nueva actividad y ayuden a entender la unidad del conjunto. Se podría pensar en intervenciones de naturaleza muy diversa, pero en este contexto la acción se concentra en dos medidas de gran repercusión y coste reducido: la iluminación artificial y las puertas del recinto.

Iluminación singular. No se trata de aumentar el nivel general de iluminación o su uniformidad
–que los propios locales ya modificarán– sino de destacar los cruces de la calle por ser enclaves visibles desde el perímetro exterior. Seis luminarias singulares son suficientes para suscitar este cambio, aunque se podrían valorar otras posibilidades más cercanas al terreno fértil de la instalación artística o la participación ciudadana.


Esquema del entorno de Sant Pere Mitjà como recinto

Puertas a la calle. Se ha insistido en la necesidad de entender Sant Pere Mitjà y sus travesías como elementos vertebradores de una galería o un mercado que integre los locales de las plantas bajas, si bien la presencia externa de este ámbito se reduce a las once ‘puertas’ que le dan acceso desde el perímetro. Se propone actuar también en la modificación de estas bocacalles, remarcando su condición de accesos a un recinto. Sería suficiente incorporar un elemento que sugiera un portal de entrada, anunciando su nombre y, sin mayor intervención, las dimensiones de las calles se alteran por asimilación a los pasajes de una galería comercial. La relación directa de las plantas bajas con el espacio exterior a través de los espacios umbral no hace más que confirmar la intuición de haber entrado en el bazar de Sant Pere Mitjà.

4. Modelo de gestión

Pensar en la calle –propiamente, el espacio público y las plantas bajas– como una entidad única permitiría abordar el problema de la desocupación de manera diferente a la suma de las iniciativas de cada finca aisladamente. La escala de la actuación afecta positivamente a los resultados, desde la normativa, las transformaciones físicas o la gestión.

Sant Pere Mitjà y sus travesías podrían ser entendidas como un establecimiento colectivo. Esto permitiría plantear una fórmula solvente de gestión conjunta capaz de tratar el problema en toda su complejidad. En este sentido, la iniciativa pública puede ser considerada, de forma que evalúe las actividades, ofrezca garantías a los propietarios y aliciente a los inquilinos. Además, también es posible explorar otras vías de acción en la gestión de locales a través de iniciativas de comercio responsable que ofrecen espacios compartidos de exposición, de venta de productos y de trabajo para los diseñadores y artesanos. Son modelos que tienen una presencia creciente en Barcelona, aunque a escala más reducida y que no requieren de la intervención directa de la administración.


Noticia aparecida en La Vanguardia, 17 de junio de 2013

Por otro lado, existen plataformas públicas y privadas, dedicadas a la reparación y reutilización de objetos, que organizan espacios físicos para talleres convencionales pero que, sobre todo, estimulan el aprendizaje y la cultura del aprovechamiento por parte del usuario, como el programa que desarrolla el Área Metropolitana de Barcelona.

Si sumamos a estos ejemplos otros campos de acción vinculados a modelos de gestión innovadores, es posible plantear fórmulas válidas para Sant Pere Mitjà que hagan viable su transformación dentro del margen de actuación que permiten las limitaciones del ámbito, por lo cual cabría desarrollar un estudio detallado de actividades a partir de las pautas propuestas, con el objetivo de establecer cuáles son las más adecuadas para incentivar la implantación.


Urban Commerce, Jornada 2013
ponencia de Pere Fuertes, “Disponible” : las plantas bajas desocupadas en la ciudad compacta. 

15 de març del 2015

Detroit, año cero

La ciudad estadounidense comienza a emerger de sus escombros tras la bancarrota. Las nuevas teconologías son la clave


Amanda Mars Detroit._ El País, 5 marzo 2015
El modista de lujo John Varvatos abrió el viernes una tienda en el centro de Detroit

La vida en la legendaria y torturada Detroit no es barata pese a lo que uno podría imaginar: tener coche es imperativo y asegurarlo puede costar hasta 900 dólares al mes porque las compañías rehúyen un mercado plagado de robos e incendios; hay pocas tiendas de alimentación y, para los barrios más favorecidos, los vigilantes son una necesidad. No hay muchas cosas que se puedan hacer con 100 pavos en la que fue una de las ciudades más prósperas de Estados Unidos, capital del motor y de la música. Pero una de ellas es comprar una parcela junto a tu casa, a golpe de clic, en una web. La autoridad pública que gestiona ese suelo casi lo regala a cambio de que las mantengan y paguen los impuestos. Al fin y al cabo, ¿cuánto vale un pedazo de tierra en el que nadie querría vivir?

We out here: aquí estamos. La pintada, en grandes letras negras, marca una de las casas abandonadas de la calle Vernon, donde el bajo valor de lo que nadie desea es triste y palpable. Las casas habitadas se intercalan con las vacías. En Detroit, los edificios abandonados conviven con los ocupados y una familia puede vivir rodeada de escombros y esqueletos de preciosas casas victorianas. We out here también se puede traducir en el argot urbano como “queremos fiesta”, aunque ese no parece el sentido en esta calle del New Center.
El proyecto GooBing Detroit muestra la peor cara de una urbe en bancarrota

Algunos inmuebles tienen carteles avisando de que serán demolidos en breve o de que están siendo vigilados, y que se perseguirá a quien le dé por quemarlos... Es difícil creerlo: no se ven guardias ni mucho menos cámaras de seguridad. El jueves solo se veía a Hester Davis, de 44 años, que se presentaba como nueva en el barrio pese a que lleva más de tres años viviendo allí. Maldice la zona. “Los vecinos que son propietarios están bien, pero los de alquiler son realmente malos”, explicaba. Su casa, de dos plantas y cuatro habitaciones, le costó 8.000 dólares. Desde abril, las autoridades han subastado más de 500 viviendas vacías por entre 1.000 y 98.000 dólares. ¿Ha mejorado la seguridad? Hester arquea las cejas: “No… la verdad es que las cosas podrían estar mejor”.

Detroit aún sufre las consecuencias de una dura y larga crisis que la abocó a la bancarrota en 2013, pero la salida oficial de la quiebra, en diciembre pasado, marca un simbólico año cero. Busca renacer como una ciudad más pequeña y manejable, sacudirse el estigma: es una de las urbes más peligrosas del país, tiene alto paro, un tercio de su población es pobre y los servicios públicos dejan mucho que desear.


Motor City Mapping se desarrolló para mostrar información sobre las condiciones de las fincas de la ciudad

“Han mejorado mucho las cosas, pero lo han hecho de forma muy concentrada en el centro, mientras que los barrios de la periferia han decaído”, opina Jordi Carbonell, un barcelonés que montó un local llamado Café con Leche en 2007. Los profesionales coinciden en que se está viviendo eso que los estadounidenses llaman momentum (ímpetu, empuje). Muchos restaurantes abren sus puertas y también las firmas de moda, como la del diseñador John Varvatos, que inauguró tienda esta semana en Woodward Avenue. Allí han brotado montones de pequeñas empresas tecnológicas (startups), atraídas por la fuerza tractora de la industria y porque las oficinas son más baratas que en San Francisco o Nueva York. “Ha habido una inmigración significativa en los últimos años, sobre todo de trabajadores jóvenes y de alta formación”, explica Mark Muro, responsable del programa de políticas metropolitanas de la Brookings Institution. La industria automovilística acabó 2014 con el mejor dato de ventas desde 2006 y su primer fabricante, General Motors, ha tenido un gran ejercicio tras salir del rescate público. “El nuevo boom de la automoción ha hecho converger la industria con las actividades digitales”, dice Muro. El ritmo de crecimiento de la ciudad, añade, duplica al del país. Según Brookings, el 14,8% de la fuerza de trabajo de Detroit está relacionada con la innovación. Y Muro dice que irá a más.

También lo cree Bill Camp, jefe de desarrollo de Detroit Labs, unastartup de ascenso meteórico: comenzaron cuatro personas hace tres años y ahora son más 80 empleados. Crean aplicaciones móviles. “Hay muchísimo talento aquí. Detroit es donde pasan las cosas, la industria hace que haya mucha gente concentrada creando”, explica en una oficina de techos altos, paredes de ladrillo visto y un imponente saco de boxeo.


Bill Clamp, de Detroit Labs

El edificio pertenece a una de las empresas de Dan Gilbert, uno de los símbolos del renacimiento. Desde 2010, este millonario nacido en la ciudad, propietario de la firma de créditos online Quicken Loans, se ha hecho con 70 edificios y ha ubicado en algunos de ellos a 120 nuevas firmas. Es uno de los impulsores del tranvía que atravesará el centro. También ha ayudado en la rehabilitación de viviendas y participa junto a otros inversores en el Madison Building, un complejo de seis bloques con un centenar de compañías tecnológicas que está apoyado por Google como una de las “ciudades” de su red oficial de emprendedores.

Uno de los ejecutivos de la firma de Gilbert, Rock Ventures, es el exmarine de 26 años Sean Jackson. Ha crecido en Los Ángeles, pero asegura que “la experiencia urbana de Detroit es mejor”. Relata decenas de iniciativas relacionadas con el mundo del arte y cree que la capital de Michigan dará el salto que en su día protagonizó Nueva York. “En esas ciudades te sientes pequeño, pero en Detroit tienes la posibilidad de tener mucho impacto”, afirma.

Las ruinas de Packard Plant, símbolo del decaimiento urbano, que ha adquirido el inversor español Fernando Palazuelo para convertirlo en una zona residencial

Para el estándar europeo, la corona central de Detroit sigue desangelada, debido sobre todo al deficiente transporte público. James Robertson, por ejemplo, caminaba cada día 34 kilómetros entre la ida al trabajo y la vuelta a casa. No tenía coche ni otro medio de transporte. Lloviera o nevara, lo hacía a diario, salvo los días en que Blake Pollock, financiero de UBS, le acercaba en su propio coche. Pollock contó la historia a un periodista y la noticia despertó tal ola de solidaridad que recaudó más de 300.000 dólares a través de una campaña de crowdfunding organizada por un chaval para ayudarle a comprar un vehículo. Además, un concesionario le regaló el coche en un acto religiosamente televisado. “Ha tenido que cambiar de barrio, ya no estaba seguro, sus vecinos saben que ahora tiene dinero”, explica Pollock.

Hay dos Detroit. La resurrección de la ciudad no ha incorporado aún a la población más humilde, mayoritariamente de raza negra. Son el 83% de los habitantes pero figuran poco en esta pujante y nueva clase media. El alcalde, Mike Dugan, admitió hace un año que solo el 20% de los jóvenes afroamericanos de la ciudad se gradúa en la escuela secundaria, con datos de 2010; y la tasa de homicidios de los varones negros es 13 veces mayor que la de los blancos.

Secuencia temporal de imágenes en el proyecto GooBing Detroit

Y los estragos en la vivienda tardarán en superarse. Tras la bancarrota, las autoridades impulsaron programas con ayudas aprobadas por Obama para demoler las casas abandonadas y convertirlas en parcelas disponibles para los vecinos por aquellos 100 dólares. El año pasado se echaron abajo 4.000 casas y este 2015 se derribarán otras tantas, según la agencia pública encargada, la Detroit Land Bank Authority. Quedan unas 70.000 estructuras vacías a la espera de ser borradas del mapa. Hogares de gente que se marchó porque no había trabajo ni a quién vender la propiedad. “Las viviendas abandonadas tienen un impacto increíblemente negativo en el valor de la propiedad vecina y en la calidad de vida. Era necesaria una estrategia contundente”, explica un portavoz de la Land Bank Authority. Detroit ha perdido a más de la mitad de su población en las últimas décadas y en una superficie en la que cabe tres veces Boston no viven más de 700.000 personas. Ese fue uno de los motivos de la quiebra, que esa estructura de gran metrópolis no podía sostenerse con cada vez menos contribuyentes.

En Detroit creció y pinchó el sueño americano. Para Mark Muro, “hacen falta esfuerzos en educación y formación para reducir la pobreza y conectar a más ciudadanos con las oportunidades que están empezando a emerger de las industrias más avanzadas”.

Un neón reza “Nada puede con Detroit”

Mientras, artistas y curiosos siguen fascinados con ruinas emblemáticas, como la gran estación central o la gigantesca planta Packard, que el español Fernando Palazuelo ha comprado (no se ven trabajos de construcción; sí, restos de la última rave). “Están pasando muchas cosas”, es lo que más se oye en una ciudad con un brillante pasado de inventores: aquí nació la legendaria discográfica Motown y aquí Henry Ford revolucionó la economía.

17 de novembre del 2014

Detroit casa a casa

por David García para Yorokobu, 13 noviembre 2014
fotos de Michelle y Chris Gerard




"Cerró un banco. Buena noticia si eres enemigo del capitalismo y buena noticia para Lynne y Mike Savino, un matrimonio de Detroit que, años después del cierre, encontró en el local el lugar perfecto para moldear su vivienda. Dada la situación financiera en la que se halla la ciudad, algunas cosas solo pueden ocurrir en Detroit y en no muchos sitios más.

La progresiva decadencia que ha padecido la ciudad de Detroit en los últimos años ha dejado un importante catálogo de ruinas, estercoleros y rincones depresivos. El lugar que nos ocupa tenía todas las posibilidades ya que era, siendo benévolos, un buen puñado de porquería.





Su ahora propietaria, Lynne Savino, explica que el edificio llevaba ya varios años en venta. Los Savino, a la vez, vivían en una «casa grande y bonita» desde hacía trece años, pero aseguran que tenían planeado mudarse al centro de la ciudad más importante de Michigan para ocupar algún «espacio poco convencional».

3 d’agost del 2014

revitalizar las azoteas!

Las azoteas de Barcelona se reivindican
Jesús Sancho, La Vanguardia, 24 julio 2014


El grupo de arquitectas Encajes Urbanos impulsa la revitalización de los terrados de los edificios en desuso para ser utilizadas de forma colectiva por los vecinos


ver el vídeo en 'Las azoteas están infrautilizadas'

Una de las estampas más comunes de hoy en día en algunas de las muchas azoteas de los edificios de Barcelona es la de los aires acondicionados, las parabólicas o los contadores de suministros. Con el objetivo de dar vida a estos espacios el grupo de arquitectas Encajes Urbanos está desarrollando el proyecto ‘Azoteas Colectivas’ con la participación de las comunidades de vecinos para crear “espacios de oportunidad construyendo un tejido social y comunitario”.

“Las azoteas antiguamente se utilizaban mucho y últimamente están un poco infrautilizadas”, explica Tania Magro, una de las arquitectas que impulsa esta iniciativa. “Reivindicamos el estrato superior de las ciudades como espacio habitable colectivamente”, añade Amaya Martínez, arquitecta que también forma parte de Encajes Urbanos. Hasta el momento una decena de comunidades de vecinos, tanto en Barcelona como en Valencia, ya han mostrado su interés para revitalizar sus azoteas.

Distintos usos

Entre los posibles usos, irían desde los más tradicionales como colgar ropa hasta “más colectivos que potencian las relaciones entre la comunidad como reuniones de vecinos, celebraciones, cines de verano, huertos urbanos o cubiertas verdes”, explica Elena Climent, arquitecta y paisajista de Encajes Urbanos. Climent también señala otros “usos ecológicos” como la instalación “de placas solares y recogida de agua de lluvia” y usos recreativos “como piscinas” o “actividades deportivas o practicar yoga”, apunta Martínez. Este grupo de arquitectas destaca que existe “una necesidad” y “unas ganas de las personas para habitar las cubiertas y aprovechar estos espacios”, según se recoge en una encuesta elaborada por Encajes Urbanos. Los resultados concluían que un 90% declaraba no usar su azotea y un 5% hacerlo raras veces, aunque a un 95% sí les gustaría hacerlo.

Este colectivo también promueve la participación y facilita el consenso entre los vecinos para definir su uso y posteriormente se encargan de diseñar el proyecto del espacio. En función a lo que se destine la azotea, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones técnicas, “si hay grietas, humedades, si es necesario arreglar el pavimento o poner uno encima”, así como cuestiones de seguridad “con las barandillas o habilitar zonas de sombra, puntos de luz, de agua, el mobiliario”, detalla Magro. Otra aspecto “muy importante es la vegetación o el hecho de tapar la maquinaria” que hay en las azoteas.

Cubiertas verdes

Pese al potencial de las azoteas, tal como reconoce el grupo de arquitectas, uno de los principales impedimentos es llegar al “consenso” entre la comunidad de vecinos. Por otro lado, este grupo de arquitectas destaca la necesidad de fomentar ayudas más encaminadas a darles usos colectivos a estos espacios. “Las subvenciones del Ayuntamiento a las comunidades de vecinos están dotadas especialmente para resolver problemas patológicos y alargar la vida útil del edificio, desde un punto de vista más técnico, tal como sucede con las fachadas, pero no hay tanto apoyo para generar uno de los usos que se están demandando cada vez más que es el de las azoteas verdes y de uso colectivo por parte de los vecinos”, explica Martínez.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona informa que tiene abierta una convocatoria para ayudas a la rehabilitación de edificios de viviendas con un presupuesto de 8,2 millones de euros y está previsto que próximamente se amplíen “poniendo mucho acento en la rehabilitación con criterios de eficiencia energética”. El Consorci de l’Habitatge de Barcelona concedió durante el 2013 ayudas por un importe de 7,2 millones de euros en el que se beneficiaron un total de 251 edificios y 3.316 viviendas de la ciudad. De las ayudas concedidas, 58 actuaciones fueron por obras en azoteas y medianeras.

Por otro lado, el Ayuntamiento también está estudiando incentivos para promover las cubiertas vegetales en azoteas. En este sentido, el Consistorio está trabajando en una "propuesta técnica y en el análisis del espacio potencial y cómo trabajar en el marco normativo para posibilitarlo". Fuentes municipales añaden que los "dos grandes ámbitos para trabajar" son los edificios de nueva construcción y en las "cubiertas verdes de edificios ya construidos trabajando en colaboración con comunidades de vecinos, poniendo jardineras o buscando la manera de incrementar el verde". En función de la "estructura" del edificio, "se podrían impulsar ayudas fiscales y de financiación desde la administración". Según una estimación del Ayuntamiento, en Barcelona ciudad habría 1.764,4 hectáreas de azoteas potenciales para ser 'verdes' (67%), 513,9 hectáreas de cubiertas ligeras (20%) y 330,6 hectáreas de tejados (13%).

Cultura en la azotea

El grupo Encajes Urbanos, del que también forma parte Paula Roselló, ya ha desarrollado varias acciones culturales a través de ‘Azoteas Colectivas’ tanto en Barcelona y Valencia. La primera acción se llevó a cabo en el marco del IV Encuentro de Arquitecturas Colectivas en el Centre Cultural Octubre de Valencia y también, en colaboración con otros colectivos, realizó una intervención temporal en la azotea de la Nau Ivanow de Barcelona. Además, Encajes Urbanos ha participado en proyectos internacionales como la construcción colectiva de una capa vegetal con plantas en un edificio de oficinas en Nueva York.


proyecto 'Azoteas Colectivas', Valencia 2011


Otras iniciativas también han reivindicado el uso de las azoteas en Barcelona. Por ejemplo, la plataforma ‘Coincidències’ ha programado distintos eventos culturales en azoteas privadas desde conciertos hasta representaciones teatrales. Las azoteas de Barcelona se reivindican. 

(gràcies Marcel)

16 de febrer del 2014

'rehabitar', projecte de nous usos per a edificis i infrastructures

TV3, Catalunya
Alonso Carnicer / Sara Grimal, Barcelona, 16/02/2014

Una imatge que ja no serà: el viaducte de Glòries com a espai de relació.

Per Sant Adrià del Besòs i Badalona hi circula l'autopista C-31, una de les primeres vies ràpides que es van fer a Catalunya i que passa entre els blocs de pisos del barri de Sant Roc. 1.600 metres de viaducte que, a sota, generen un paisatge urbà inhòspit. El que podria ser un espai públic i de comunicació entre barris crea una barrera en mig d'una zona molt poblada. La normativa de les autopistes prohibeix construir i fer activitats a sota, però l'espai s'ha convertit en un gran aparcament. Un cop a la setmana, el paisatge canvia quan a Sant Adrià s'hi instal·la el mercat ambulant. És la prova que l'espai podria tenir usos ben diferents. Com els que s'han assajat a altres ciutats amb viaductes urbans com Berlín, París o Nova York. O els que proposa el grup de recerca Habitar, del Departament de Projectes Arquitectònics de la Universitat Politècnica de Catalunya.

Amb un ajut del programa Recercaixa, al llarg de tres anys aquest grup ha elaborat el projecte 'Rehabitar', que ha tingut com a fruit diverses exposicions i un llibre, "Rehabitar. La casa, el carrer, la ciutat", que s'ha presentat aquesta setmana al Col·legi d'Arquitectes de Catalunya. Els integrants del grup de recerca han estudiat infraestructures, carrers i edificis amb un ús deficient. Han identificat els problemes i proposen solucions per fer-ne un millor ús.


Un pas zebra de grans proporcions a Via Laietana per a pacificar el trànsit amb pocs recursos.

Una part del treball se centra en 14 grans edificis representatius de Barcelona que han anat perdent la funció original que en va determinar la construcció: la presó Model, la plaça de toros Monumental o el Poble Espanyol. I també molts edificis de la façana marítima de la ciutat, com l'Estació de França, on aviat ja no hi haurà trens. També la Duana o la seu central de Correus. Són edificis de gran qualitat constructiva que estan infrautilitzats, amb grans possibilitats per incorporar-hi nous usos que no tenen per què ser hotelers o museístics. Sense fer costoses rehabilitacions, proposen instal·lar-hi usos nous, lligats a la creació, l'empresa i el coneixement o el món universitari.

Xavier Monteys, catedràtic de projectes arquitectónics de la UPC i investigador principal del grup de recerca, defineix què entenen pel concepte de 'rehabitar': "Rehabitar és tornar a posar en marxa l'edifici. Rehabitar voldria dir, no intentar tornar a pintar i reparar desperfectes d'un edifici. No ens importaria que l'edifici tingués un aspecte més o menys brut o despintat i que en canvi acollís alguna activitat. Per nosaltres l'arquitectura és viva quan hi ha gent que la utilitza."

Magda Mària, arquitecta i investigadora del grup de recerca Habitar: "El que pretenem és la mínima despesa amb les màximes prestacions. No canviar la forma, la morfologia, el caràcter en definitiva d'aquests edificis. Mantenir-los amb el seu caràcter i amb les magnífiques condicions espaials que tenen."

També proposen solucions per a carrers molt especialitzats que amb el pas del temps han perdut el seu paper original. Com la Via Laietana, concebuda a imatge de les grans avingudes d'oficines dels Estats Units d'Amèrica, amb grans blocs d'oficines amb distribucions internes poc adaptables en temps de crisi. Plantegen fer més flexible la normativa perquè permeti una barreja d'usos residencials i productius que incorpori el principi de compartir espais.

A nivell de carrer, fer la Via Laietana més habitable passa per canviar radicalment la difícil convivència de vehicles i vianants, amb trànsit ràpid i voreres estretes. L'estudi "Rehabitar" plantejamesures poc costoses com crear grans "àrees zebra" a les interseccions per fer del carrer un espai compartit. També es proposa regular el trànsit per horaris per fer més flexible l'ús de l'espai públic.


Així podria quedar l'espai sota l'autopista a Badalona i Sant Adrià del Besòs.

Veure el vídeo de la notícia aquí.

30 de novembre del 2013

¿edificios representativos sin uso adecuado?

Ruta por el patrimonio amenazado : Decenas de valiosos inmuebles de la capital están en peligro por el abandono de las instituciones, rehabilitaciones fallidas o negligencias privadas

Álvaro de Cózar, El País. Madrid, 29 Noviembre 2013

El palacio de la Equitativa, antigua sede de Banesto, uno de los edificios singulares del entorno de la plaza de Canalejas. ÁLVARO GARCÍA

En noviembre de 1998, un lector del Abc envió una carta al director del diario en el que felicitaba al Ayuntamiento de la capital por comprar “a sus respectivos propietarios tres emblemáticos edificios de Madrid que estaban en estado ruinoso: el colegio de los Escolapios de San Antón, la casa de los Duques de Sueca y el palacete de Iván de Vargas”. Consideraba el lector que, con su compra, la Administración pública los había salvado de su ruina y lamentaba que no se hubiera hecho lo mismo con el hospital Homeopático, en la calle de Eloy Gonzalo. Las cosas salieron al revés. Los tres edificios comprados entonces tuvieron o tienen todavía muchos problemas. El colegio de los Escolapios de San Antón en la calle de Hortaleza sufrió un largo periodo de abandono desde 1988 y fue finalmente demolido —a excepción de las fachadas— para acoger la actual sede del COAM.

La Casa de Iván de Vargas fue cedida por el Ayuntamiento a la Fundación Nuevo Siglo, que la demolió en 2002 para edificar en su lugar una réplica sobre la que se pegaron los antiguos escudos como si fuesen sellos de correos. Y el palacio de Sueca sigue abandonado y sin uso a la espera de una restauración siempre postergada, y fue declarado en ruinas parcialmente este mismo año por el mismo Ayuntamiento. El edificio que no compró el Ayuntamiento, el hospital Homeopático, de 1874, fue restaurado en 2009 y se encuentra en uso. La historia de aquella carta la contaba hace unas semanas Alberto Tellería, miembro de la plataforma Madrid, Ciudadanía y Patrimonio.

El arquitecto hablaba a toda velocidad a un grupo de periodistas que hacían un recorrido en un microbús por la zona roja del patrimonio en la capital, aquellos lugares históricos camino de la ruina o abandonados a su suerte. Y recurría Tellería a la carta del lector para criticar que sea precisamente el Ayuntamiento de la capital, supuestamente el encargado de velar por el patrimonio de la ciudad, el que más se desentienda a veces de su suerte. “El diálogo puede llegar a ser más fácil cuando hablamos con los propietarios privados. Con el Ayuntamiento es a veces muy complicado; entre otras cosas, porque cambian a los responsables continuamente”, comenta Tellería.

El minibús arranca muy cerca del Frontón del Beti Jai. No todo el que pasa por el número 7 de la calle del Marqués de Riscal sabe que detrás de esa red verde que apenas deja ver la fachada se encuentra uno de los edificios más interesantes y ocultos de Madrid. Fue construido en 1894 y se trata del único ejemplar de frontón industrial de esa época conservado en España. Sobre él recae la mayor protección que puede tener un edificio, su catalogación como Bien de Interés Cultural, concedida en 2011. Mientras el Ayuntamiento y los propietarios discuten en los tribunales por la cantidad que ha de pagarse para que pueda expropiarse, el edificio empieza a tener serios problemas para mantenerse en pie. Dos últimos hundimientos en el techo registrados en las últimas semanas amenazan su estructura, si no se pone remedio urgente.

El vehículo enfila hacia Alonso Martínez y de ahí a la calle de Mejía Lequerica. Los muros no dejan ver bien los jardines del palacio de Ustáriz, del siglo XVIII. Aunque ya no hay demasiado que ver allí, pues ya sólo se conservan algunos árboles en un estado lamentable, según cuentan los miembros de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. Lo valioso, las escalinatas y las yeserías decimonónicas, están en su interior. Se habrían llegado a conocer si el proyecto para hacer un hotel allí hubiera cuajado, pero la conexión madrileña con la Operación Malaya hizo que el proyecto se parara.



4 de novembre del 2013

turning Detroit into farms and forests

(via nextnature.net)
(images by 100abandonedhouses)

Encompassing an area of over 138 square miles, Detroit has enough room to hold the land mass of San Francisco, Boston, and Manhattan Island, yet the population has fallen from close to 2 million citizens, to most likely less than 800,000. With such a dramatic decline, the abandoned house problem is not likely to go away any time soon.


The story of Detroit is a familiar one for anyone living in the so-called rust belt of the USA, where the once-mighty automotive manufacturing industries have left many towns and cities shadows of their former selves. Now bankrupt, Detroit’s population has halved over the last fifty years. No one actually knows just how many buildings are abandoned, but it is estimated at over 1/3 of all structures. In the midst of this urban decay, farming has started to fill the hole left by industry.


Local businessman John Hantz just bought 600,000 square meters of land from the city of Detroit with an option to buy an additional 700,000, promising to demolish all the existing (abandoned) buildings, clean up the land, and plant hardwood trees. The Bank of America announced plans to demolish 100 homes and donate the land to urban agriculture. They’re not alone, as other small-scale urban farmers are adapting what’s left of the city to meet their needs. Detractors are quick to point out that urban farming will never be a large-scale, mass-produced operation that could compete with big agriculture, but urban farmers have a different goal in mind. Greg Willerer of Detroit says that he isn’t trying to save the world, just to save his city.




“For all intents and purposes, there is no government here,” says Willerer. While Detroit’s story is unique for now, the finances of other similarly affected cities may mean that the Motor City won’t be alone in its misery for long. Detroit’s urban farmers are helping to make the city more self-sufficient even when its own government has given up.


(via habitar)

13 de setembre del 2013

com poden ser aprofitats els edificis abandonats?

extracte de:
rehabitar [8]: abandono y oportunidad
X. Monteys; M. Mària; P. Fuertes; A. Puigjaner; R. Sauquet; 
C. Marcos; E. Callís; C. Fernández
Ministerio de Fomento, Madrid, 2011


(imatges de http://designtaxi.com)

És difícil establir una estadística clara d'edificis en desús, tret que es tracti d'una situació especialment rellevant, com la qual viu l'àrea metropolitana de Barcelona, amb un 14% dels edificis d'oficines buits el 2011, la qual cosa equival a uns 820.000 metres quadrats (1). És també el cas de Lisboa, amb uns 4.000 immobles d'habitatge abandonats –més d'un 7%– resultat d'una disminució significativa de la seva població (2).

En moltes altres situacions, es tracta d'equipaments desmantellats; edificis d'oficines, hotels o centres sanitaris obsolets; estructures agrícoles abandonades; presons, construccions escolars i religioses tancades; instal·lacions militars traslladades; infraestructures per al transport o antigues fàbriques i magatzems engolits pel creixement urbà sobre els quals no sempre es disposa de xifres absolutes. 


Algunes xarxes socials i llocs web veuen en ells paisatges postindustrials que es presten a ser retratats en la seva desolació, la qual cosa permet fer-se una idea de la quantitat i varietat d'edificis que es troben en aquesta mateixa situació (3). No obstant això, el nostre punt de vista està canviant i comencem a observar aquests casos com a oportunitats. D'entre tots aquests edificis, la ciutat recupera una part per instal·lar nous equipaments, amb usos majoritàriament culturals. 

En casos concrets, l'administració desenvolupa fins i tot programes a mesura de la singularitat de l'edifici, com succeeix a Madrid amb l'antiga nau Boetticher, en la qual actualment es construeix un centre de noves tecnologies TIC o, anteriorment, amb l'Escorxador municipal, reconvertit en un espai per a la creació artística contemporània (2008), a imatge de molts altres complexos industrials en tota Europa. En aquests casos, la disponibilitat és el desencadenant del procés. 


A la vista d'aquests i altres exemples, pot argumentar-se una certa cultura de l'aprofitament que vincula la necessitat de nous equipaments amb l'existència d'edificis en desús i d'interès arquitectònic o històric, normalment inclosos en el catàleg del patrimoni. No obstant això, també pot interpretar-se com una evidència de l'escassetat d'altres programes diferents a l'equipament i de la falta d'iniciatives per a reutilitzar els edificis comuns que no formen part del conjunt de béns protegits. Només quan es compleixin ambdues condicions tindrà ple sentit parlar d'una cultura de l'aprofitament
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22 de juliol del 2013

'la recuperación de Detroit pasa por reinventar la ciudad'

La recuperación de espacios con proyectos de agricultura urbana o reforestación son algunas de las iniciativas que se están llevando a cabo

La Vanguardia, 21 julio 2013
Una casa abandonada con el edificio de General Motros de fondo en Detroit. Jeff Kowalsky - EFE

Detroit. (EFE / Julio César Rivas).- En Detroit, una ciudad en bancarrota económica, política y social, las esperanzas de recuperación están en manos de organizaciones comunitarias con proyectos como los de agricultura urbana, que proporcionan alimentos y trabajo a sus habitantes.

Las estadísticas de Detroit ofrecen una clara visión del estado de la ciudad estadounidense. Según el Censo de 2012, la población de la ciudad es 701.475 personas, 1,1 millones menos que en 1950. Un 10,6 % de la población es blanca. El 82,7 % son afroamericanos y el 6,8 % hispanos. Los ingresos 'per cápita' en la ciudad son 15.261 dólares, 10.000 dólares menos que en el resto del estado de Michigan. El porcentaje de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza: el 36,2 %, más del doble que en Michigan. 

Pero quizás más que las estadísticas, una anécdota que refleja la descomposición que vive desde hace años Detroit lo proporciona Rebbeca Salminen Witt, presidenta de la organización The Greening of Detroit. Según dijo Salminen Witt a Efe, en muchos vecindarios de Detroit, el lugar donde las familias realizan la compra de alimentos es la tienda de la gasolinera de la esquina. "Esa es la triste realidad", señala Salminen Witt. Su organización tiene el objetivo de transformar Detroit en una urbe más sana, segura y verde a través de proyectos de agricultura urbana y recuperación de espacios industriales.

12 de juliol del 2013

[im]possible living. rethink the abandoned world

(via ecosistema urbano)
[im]possible living is a crowd-sourcing website dedicated to mapping and reactivating abandoned buildings around the world

"[im]possible living wants to be an enabler and a catalyst of the energies available in every place in the world that are not able to get through and give birth due to the abandonment market and, in general, to a new housing development model. It’s a very ambitious goal, but we truly believe in it and are investing everything in this dream!

I interviewed the two founders, Daniela Galvani and Andrea Sesta, about the project.



1. How did you get to the practice of mapping?

[im]possible living is born from our personal interest in abandoned buildings. At the time we understood that many individuals and associations were spreading energies to map the abandoned buildings in their area, but everyone was doing their own maps, thus losing the possibility of sharing results, experiences, and the best possible practices.

So we decided to create a global map of abandoned buildings via a web platform, where everyone could participate and contribute to a common goal and benefit from the experiences of other people.
Since the beginning of the project we have gone far beyond mapping tools. With the last release of our site, people can now reactivate an abandoned building and involve the community in the design concept for the new life of the building.


8 de maig del 2013

una ciudad en la fábrica de electrodomésticos

The AEG area in Nuremberg has the potential of an independent district with many different uses. This is on the one hand, the existing structure before, but on the other hand, the experiences we have made in the conversion of other large former industrial properties. A monoculture, it is in the development of the area to be avoided. The target is the versatile use with office, production, craft, commerce, gastronomy, art and culture. As different as these uses may be, they should all have one and that is the high quality of each user.This will give the AEG development on a separate identity and appeal.
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La fábrica abandonada
En 2007, cerró en Núremberg la fábrica de electrodomésticos AEG, dejando en la calle a 1.700 empleados. Seis años después, estas mismas instalaciones son una de las referencias culturales de la ciudad alemana. En la imagen, reunión del equipo que gestiona el programa de desarrollo del actual centro Auf AEG en la cubierta de la fábrica, con el castillo de Núremberg al fondo.


Ambiente industrial
Los nuevos gestores de este espacio no solo han dado un nuevo uso a los 150.000 metros cuadrados de la vieja fábrica abandonada, sino que además han hecho del antiguo ambiente industrial una de las marcas de identidad del centro.

El centro cultural surgido de la antigua fábrica se llama Auf AEG, que significa 'En el AEG'. Aunque estas instalaciones ya no tienen nada que ver con los fabricantes de electrodomésticos, las siglas rojas siguen muy presentes por toda la planta. La marca alemana AEG depende del grupo sueco Electrolux.