El uso de la ciudad como espacio fílmico
Trabajo final de máster MBArch de Alejandra Villanova, arquitecta, en acceso abierto.URL http://upcommons.upc.edu/handle/2117/107391
Una tesina en cuatro 'tomas' y un montaje: 1. la Barcelona enmarcada, 2. la Barcelona peatonal (entrar y salir), 3. la Barcelona general y la Barcelona singular, 4. Barcelona y sus recorridos (la ciudad movediza) y Decoupage (las ciudades en montajes).
Según argumenta Alejandra al inicio del trabajo, "cada ciudad es el recuerdo que tenemos de ella. Dice Wim Wender (1994) en su película Historias de Lisboa:
El mundo es una ilusión, lo único verdadero es la memoria, pero la memoria, es una invención. En el cine la cámara puede capturar un momento, pero ese momento ya ha pasado. En el fondo lo que el cine hace es dibujar la sombra de ese momento. Ya no estamos seguros de que ese momento haya existido fuera de la película ¿o la película es la garantía de que ese momento existió?¿Cuántas ciudades caben dentro de Barcelona? Pues según el informe de la actividad fílmica de la ciudad de Barcelona del 2016, se ha rodado en el pasado año un total de tres mil ciento veintisiete producciones en la ciudad, incluyendo treintaiséis largometrajes-ficción y veintiocho largometrajes-documental junto a las demás producciones tales como miniseries, programas de tv, cortometrajes, series, video clips, publicidades, etc. ¿Cuáles son los mecanismos de transformación o de recorte con los cuales se construyen desde el cine las infinitas imágenes de la ciudad? ¿Qué se elige mostrar, qué se oculta, y como estas decisiones definen el carácter del relato (guión)? ¿Cómo son los límites de esos espacios fílmicos, cuáles las escenografías y las escalas de aparición de la ciudad en el rodaje?
Las películas que utilizan las ciudades como escenografía, sus calles, sus casas y su gente, montan una ciudad a partir de fragmentos. ¿Cómo se conectan en el espacio y en el tiempo esas imágenes-movimientos y cuáles son las ciudades que da como resultado? Para Kevin Lynch (2008) :
Parece haber una imagen pública de cada ciudad que es el resultado de la superposición de muchas imágenes individuales. O quizás lo que hay es una serie de imágenes públicas, cada una de las cuales es mantenida por un número considerable de ciudadanos.El guión describe las escenas y ese relato lleva el germen de esa nueva “ciudad” ficcionada, que con los años pasará a formar parte del imaginario colectivo. Pensemos al revés, ¿cómo serían las escenografías de las películas si en realidad tuviéramos que recrear la ciudad? Así como el guión va acompañado de una escenografía que refuerza el relato y pone a los personajes en situación, cuando se trabaja con escenarios “reales”, a veces, es la ciudad que el director recorta para su película la que caracteriza o define los personajes.
Este recorte implica, no solo trabajar con la “fachada” de la ciudad, sino que también, se está trabajando con todas las capas latentes (recuerdos, anécdotas, historias, etc) que ese fragmento de ciudad evoca en la memoria personal y colectiva. Esto es lo fantástico de la ficción. Enric Miralles (2000) explica acerca de su proyecto para Mollet la importancia que ha tenido:
Poder producir documentos que hagan explícita la superposición de los distintos momentos de un lugar (…) pues, al final, estás trabajando no solo con la realidad física del momento, sino con la realidad física de todo lo que ha estado allí, que ha ido construyendo el sitio.Se han seleccionado cuatro ficciones donde se retratan Barcelonas bajo diferentes caracterizaciones (personajes), todas ellas verosímiles, que van de la mano de guiones que han hallado sus historias en dichos escenarios: una ciudad cosmopolita, íntima, barrial, anónima, popular, veloz, dispersa, estática, iconográfica, y/o fragmentada. La ciudad se vuelve un personaje influyente que condiciona a los protagonistas y se interrelaciona con ellos. Las tramas de las películas se volverán un trazado más en las cartografías palimpsésticas que describen Barcelona. Los filmes con los que se trabajará son: Todo sobre mi madre (1999), dirigida por Pedro Almodóvar, En la ciudad y Una pistola en cada mano (2003-2012) dirigidas por Cesc Gay y Biutiful (2010) por Alejandro González Iñárritu.
Los roles de la ciudad se desarrollarán a lo largo de cuatro capítulos donde ésta forma parte de las construcciones espaciales de cinco maneras diferentes: como fragmento a través de un vano (ciudad enmarcada), como fondo en las tomas peatonales (ciudad plató), como elemento que orienta a través de su morfología y sus hitos y, como ciudad movediza a través de los trayectos que se relatan en los filmes. A modo de cierre del trabajo, la ciudad como découpagge, será representada a partir de mapas de locaciones y de desplazamientos de cada película, analizando cuál es la ciudad que devuelven esas cartografías.
De este modo, el siguiente trabajo pretende destacar por un lado, la manera que el cine a través de sus recursos puede mostrar y construir espacialmente la relación simbiótica que existe entre la calle y el interior de las estancias (primera crujía) como un binomio inseparable e indispensable al momento de relatar una ciudad, y por el otro, llevar al límite los recursos con los que se representa, valiéndose de los mismos elementos urbanos, es decir, la misma ciudad, para realizar infinitos registros, ficciones y por lo tanto, percepciones de Barcelona. “Los surrealistas están convencidos de que la ciudad puede atravesarse al igual que nuestra mente, que en la ciudad puede revelarse una realidad no visible” (Careri, 2014).
Afortunados quienes hacen de la ciudad un hecho estético, quienes pueden imaginar infinitas historias nacidas de la configuración urbana, quienes con sus realizaciones aportan capas a este espesor de lo urbano volviéndolo más interesante y complejo y son capaces de convertir lo cotidiano en fantástico. Pues, de este modo, la ciudad hace parte de diversas historias que, como en la vida real, construyen, junto a lo edificado, la imagen de la ciudad.
Las ficciones son configuraciones que organizan y dan consistencia al lazo social. (…) Se trata del medio específico en el que se desarrolla la vida humana. La existencia simbólica está hecho de relatos (...) que hospedan vida y producen mundos (…) esos relatos ficcionales son la imagen mental de un espacio que, finalmente, se confunde con él. Su memoria, su representación, su itinerario. Y la arquitectura y la ciudad, claro está, son la materialidad de esos mundos mentales (Sztulwark, 2009)."
Barcelona sale a escena: el uso de la ciudad como espacio fílmico
Trabajo final de máster de Alejandra Villanova, MBArch, julio 2017
Director: Pere Fuertes
Director: Pere Fuertes
texto extraído del TFM
(muchas gracias Ale por todas las discusiones y descubrimientos habidos y por haber).